Falta inclusión de personas con capacidades diferentes
Ayer el salón Cobremar del Hotel Antofagasta estaba repleto. Poco más de 200 personas estaban sentadas y atentas a los expositores de un seminario que se realizó por primera vez en la Perla pero que es de una importante tremenda.
La charla fue titulada como "El desafío de la inclusión laboral en Chile" y giró en torno al testimonio de dos jóvenes con discapacidad cognitiva que han superado -con mucho esfuerzo pero sobre todo voluntad y ganas- las barreras impuestas.
Dicho evento fue realizado por la Fundación Descúbreme con el apoyo de Minera Escondida y se enmarcó en el programa "Empresa Inclusiva-Antofagasta", el cual desde el año pasado se ejecuta en la ciudad y cuyo objetivo es incentivar el compromiso de las empresas con la inclusión laboral de personas con discapacidad cognitiva con la ayuda de exposiciones de expertos y casos de éxito rotundo.
expositores
Carola Rubia, directora de la fundación Descúbreme, fue una de las primeras en dar el vamos al seminario y de inmediato destacó que actividades como aquellas son instancias ideales para dar a conocer buenas prácticas, instalar capacidades y compartir aprendizajes.
"La idea es que nuestro modelo de inclusión laboral quede en la región y sea potenciado por iniciativas locales", afirmó y agregó que "la idea es repetir este seminario todos los años y que más empresas se sumen y den oportunidad a jóvenes con discapacidad cognitiva".
Además, la actividad contó con la presencia de la seremi de Desarrollo Social, Angelique Araya; la directora regional de Senadis, María Inés Verdugo y del vicepresidente de Asuntos Corporativos de Minera Escondida, Patricio Vilaplana, quien en su intervención comentó que "nuestro rol es promover la tolerancia e igualdad de oportunidades".
Pero sin duda uno de los momentos más emocionantes de la charla fue cuando Gonzalo de Groote y Viviana Garay se subieron al escenario a compartir sus experiencias laborales.
Dichos jóvenes de 33 y 28 años respectivamente "rompieron" todas las barreras que la sociedad les impone a las personas con capacidades distintas y actualmente tienen trabajos remunerados como cualquier persona.
"Trabajo hace cinco años en un supermercado de Providencia en la sección de panadería y estoy muy feliz porque mis colegas y familia me apoyan", comentó Gonzalo quien tiene Síndrome de Down.
Por su parte Viviana trabaja hace poco más de un año en Preunic, como asesora integral de imagen y prontamente recibirá a dos jóvenes más quienes estarán a su cargo.
Sin duda historias de jóvenes con discapacidades cognitivas que lograron salir adelante. J

