The Economist advierte que Chile perdería su rumbo
El debacle económico que está sufriendo la economía de nuestro país debido a los bajos precios del valor del cobre y al término del superávit del mismo no ha dejado al mundo indiferente, por lo cual el semanario británico The Economist en su última edición dedicó un análisis a la crisis que vive Chile.
"Al igual que el resto de América del Sur, Chile se ha visto muy afectada por el final del auge de los commodities. Pero también ha ido más lejos que la mayoría de sus vecinos para adaptarse a un mundo más duro", sentencia la introducción de la revista inglesa.
La publicación titulada "Control de daños en Chile" enfatiza la política fiscal del país, que lo ha ayudado a destacar dentro del enfriamiento económico de la región, como la apreciación del peso en los últimos dos años, la tasa de interés "negativa en términos reales" y la baja deuda pública.
Rol del gobierno
Pero la publicación no solo refirió a las causas económicas del problema, sino que también abordó el rol del gobierno en los hechos.
"Los partidarios de Bachelet culpan al mundo exterior (...) Los críticos del Gobierno apuntan a la incertidumbre causada por el programa de reformas radicales", aclara.
Y continua con que "hasta el momento la explicación del Gobierno es más plausible: las tasas de crecimiento en el mercado libre de Perú se han reducido a la mitad también. Pero cuanto más tiempo la desaceleración dura, más fuerte es el argumento de la oposición. Chile se enfrenta a un riesgo real de perder su camino, y de que la historia pueda atribuir la mayor parte de la culpa a Bachelet", analiza.
The Economist señala también que la caída del crecimiento y la inversión han hecho que Chile ya no sea "el modelo de la economía de América Latina".
Finalmente la revista observa que "para seguir creciendo el país necesita mejor educación, mejores servicios públicos, mercados más competitivos, más meritocracia". J
La consigna "realismo sin renuncia" del Gobierno es una frase "preocupantemente contradictoria", según The Economist. En su análisis, el semanario explica que este mandato significa que Bachelet no renunciará a su cargo ni a sus reformas, pero tampoco asumirá en su Gobierno la discusión del cambio de la Constitución, ya que el proyecto se discutirá en el Congreso a partir de 2018 cuando ella ya no esté en La Moneda. "Los clanes empresariales de Chile se equivocan al oponerse a todo cambio", señala el medio, porque "para seguir creciendo el país necesita una mejor educación, mejores servicios públicos, mercados más competitivos, más meritocracia y menos privilegios".
Redacción