Cartas
Pase escolar
Señor director: El otro día, escuchando a un conductor de la locomoción colectiva, le decía a un estudiante que le mostrara su pase escolar. Y el estudiante le respondió que no lo tenía. Igual lo llevó.
Pero hay algunos estudiantes que se pasan de la raya, ya que algunos no andan con los cuadernos y se suben a las máquinas con bolsas de compras. Hay otros que se suben curados y solo muestran su pase escolar. Hay otros que son choros e insultan a los choferes. He visto cosas que les encuentro razón en la mayoría de las veces a los choferes. Y por último, hay otros que se enojan, porque se les exige el pase escolar y no lo tienen.
Esto de que se les haya otorgado gratuidad los 365 días del año al pase escolar es lo más malo que ha pasado, ya que del subsidio que les entregan a los propietarios de las máquinas, a los choferes no les toca un peso. Eso debiera ser para los choferes, ya que ellos son los que pagan arriendo o cuota por manejar una liebre. Por último que compartan ese dinero.
Es bueno que se tome conciencia de esto, ya que los rayados y hacer tira los asientos es malo. Es por eso que algunos choferes no les paran y dejan botados a los estudiantes.
Gracias,
Juan Arellano Aguirre
Hombres en la línea
Señor director: Eduardo Dávila, de niño conoció el desierto, la línea férrea y los misterios de la pampa. Su padre era jefe de estación. A los 5 años junto a él recorría kilómetros inspeccionando las vías, mantenerlas en buen estado, para que los trenes transitaran sin ningún peligro de descarrilamiento. Para él y su hermano era una alegría cuando sentían el pito que anunciaban que el tren llegaba. Salían a buscar llaretas para la cocina y abrigar el hogar. Aprendió mucho de su padre, telegrafista, guarda hilo, era un gato trepando los postes, conocedor de toda la línea férrea, con su familia estuvo en varias estaciones: Baquedano, Latorre, Imilac, Palestina, Montu Raki. Fue adquiriendo conocimientos y experiencia, ya adulto llega a la oficina de movimiento como controlador de trenes, 38 años estuvo en esta empresa ferroviaria, donde dio gran parte de su vida. También debo mencionar a los bravos del desierto como: Pizarro, Chacón, López, Albornoz, M. López, Sanguine, Gálvez, Vidal, Cortés, Henríquez, González, Meneses, Rosales, Llanos y muchos mas. Hombres de la pampa que con poco dieron mucho esfuerzo y trabajo.
Waldo Campusano Álvarez
