Cartas
Déficit de viviendas
Estimado director:
Agradezco desde ya la publicación de cartas y esperando siempre aportar a la comunidad y su medio.
Hoy le comento sobre el déficit de viviendas. La falta de éstas en Antofagasta es un problema social que afecta y golpea en su mayoría a la clase media y vulnerable de nuestra ciudad.
Por un lado el subsidio de hasta 500 UF no alcanza, debido a elevados precios de una vivienda digna, además de la burbuja inmobiliaria y valor de terrenos en Antofagasta. Esta última arista es de gran responsabilidad de Bienes Nacionales, gobierno regional y parlamentarios por no lograr real apoyo y sinergía a nivel nacional que rebaje valores de terrenos fiscales en la ciudad. Con esto se puede crear una política pública regional en materia de vivienda social.
Algunos dirán que pronto comenzará la construcción de viviendas y claro, tienen razón, pero el problema es que serán apenas 160 familias organizadas en comités que serán beneficiadas para el año 2016-2017, es decir aproximadamente el 5% del total de viviendas sociales requeridas como prioridad que son más menos 3.000 en Antofagasta.
Hoy la mayoría de estas familias vive en campamentos con el riesgo en salubridad y vulnerabilidad que esto implica en caso de una emergencias.
Es importante destacar que el déficit habitacional total real en la ciudad es más de 20.000 viviendas por construir.
Surge la pregunta, ¿hasta cuándo somos postergados por el Gobierno central en materias tan relevantes?
Lamentablemente ya es una costumbre habitual esperar décadas por soluciones integrales en la región. A no olvidar que aportamos casi el 12% del PIB a nivel nacional.
Por ahora nuestras autoridades siguen prometiendo el sueño de la casa propia a la comunidad. Si seguimos a este ritmo pasarán 50 años y no habrá solución de fondo en Antofagasta.
José Miguel Latorre
Camiones
En las avenidas costeras, tanto en el norte como en el sur, hay enormes letreros que prohíben el tránsito de camiones, excepto los autorizados. Quisiera saber quién los autoriza para circular, porque con la cantidad de máquinas que pasan, parece que todos tienen permiso. ¿O será que nadie fiscaliza y los camioneros hacen lo que se les da la real gana?
Gregorio Aguilar