Redacción - La Estrella de Antofagasta
En la Escuela de Formación Grupo Antofagasta tendrá lugar hoy, a las 19:00 horas, la ceremonia de ascenso extraordinario como reconocimiento póstumo del suboficial Rigoberto Candia Pérez, asesinado el 25 de febrero pasado en las cercanías de Ollagüe.
En el acto, que será presidido por el general director de Carabineros, Bruno Villalobos Krumm, el infortunado funcionario será ascendido al grado de suboficial mayor y sus presillas y gorra serán recibidas por su viuda, Dániza Delgado Espinoza, quien será acompañada de sus hijos Dániza, de 23 años y estudiante universitaria, y Alberto, liceano de 17.
La ceremonia es la primera de ese tipo que tiene lugar en la región.
Crimen
La tragedia que enlutó a su familia e institución se desencadenó cuando el efectivo, de 48 años, se desplazó a un solitario lugar ubicado a unos 5 kilómetros de la Tenencia de Ollagüe (F) luego que se recibiera- desde el día anterior - información sobre la presencia de dos sospechosos, al parecer traficantes de droga, en el sector del poblado.
El día de los hechos los antecedentes fueron más específicos aún y establecía que los desconocidos caminaban por la ruta a Ascotán. "El suboficial al parecer los habría interceptado , pero es materia de investigación en este minuto y fue encontrado posteriormente por personas que viajaban a Calama desde Ollagüe, tendido en el suelo con una herida contusa en la cabeza y sangrando", explicó entonces el jefe de la II Zona de la policía uniformada, general Víctor Acosta Contreras.
La familia extranjera que lo halló informó lo ocurrido a sus colegas, quienes lo trasladaron hasta la posta de Ollagüe, donde fue reanimado por aproximadamente media hora. Pese a los esfuerzos, a mediodía se decretó su fallecimiento, provocado por un proyectil balístico en la cabeza. Por el hecho hay un detenido.
Rigoberto Candia, con casi 20 años de trabajo en la frontera, se convirtió, así, en el mártir 1.180 de Carabineros.
Sus restos fueron sepultados en el cementerio municipal de Tocopilla, ciudad donde trabajó por casi 6 años en la Cuarta Comisaría y en la cual se enamoró, formó una familia y vivió hasta su trágica partida.
48 años tenía el suboficial Rigoberto Candia, quien será ascendido hoy de forma póstuma.