No tuvo licenciatura

Estimado director:

Me dirijo a usted para hacer pública una situación que ocurrió al finalizar el 2015. Se trata de Nicolás Enrique Fabila Cerda, quien tiene Síndrome de Down, y era alumno de la Escuela Especial E-77 "Juan Sandoval Carrasco". Él estudió en aquel establecimiento por 20 años.

Luego de su larga estadía y ya culminada su práctica de integración laboral, el establecimiento no fue capaz de hacerle una ceremonia de licenciatura, ni siquiera un reconocimiento en el acto habitual del lunes.

La situación fue conversada con las autoridades de aquella escuela, incluso con su profesora jefe, pero no se tomó en cuenta en lo absoluto. La respuesta fue que solo salían de esta promoción dos o tres alumnos y que quedaban invitados para la ceremonia de 2016. No obstante, Nicolás tiene una familia que lo adora y fuimos nosotros los que con mucho cariño le hicimos una emotiva ceremonia en su casa.

Nicolás tiene muy presente que su escuela no le hizo ni un diploma, y eso le duele demasiado, ya que él amaba su escuela. Su madre fue siempre una apoderada presente y cooperadora, dispuesta a todo por su hijo Nicolás, un alumno con 100% de asistencia durante 20 años. Sus logros y esfuerzo son ilimitados y eso merece mínimo un pequeño reconocimiento de su escuela amada.

José Gutiérrez Cerda

primo hermano de Nicolás

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Adiós a "Pituco"

Señor director:

Se ha ido un gran árbitro del fútbol antofagastino, Teobaldo Abarzúa Bascur (Q.E.P.D.)

Teo fue de la época dorada del referato regional, donde emergieron árbitros con mucha actitud y personalidad.

Le decían "El Pituco", porque siempre estaba bien ordenado, impecable peinado a la gomina, y bien perfumado. En resumen, muy elegante. Además, siempre fue un caballero respetuoso, con mucha personalidad dentro del campo de juego. Su típica frase: "juegue, señor".

Teo fue un réferi que dejó mucha enseñanza a las nuevas generaciones. Tuve el honor de arbitrar partidos de beibifútbol con él, donde vi su forma de imponerse en cancha y su gran amistad.

Adiós "Pituco".

Waldo Campusano Álvarez