Censo
Se sabe que el último censo está invalidado. Se plantea ahora efectuar otro. La autoridad anuncia que se implementará de modo que sus resultados sean fidedignos. Se propone incorporar dos preguntas, Se estiman de mayor urgencia que aquellas relacionadas con la religión y la etnia.
Una: "¿Algún miembro de su familia ha sido víctima de delito?" Se confirmaría que la avalancha delictual no es simple "sensación de inseguridad". La Moneda rechaza la afirmación, según la cual la ciudadanía vive arrinconada por antisociales que rebasan a las policías y se aprovechan de indulgencia del sistema judicial.
La otra, "¿Cuántas personas trabajan en este hogar?" Así se detectaría el desempleo y la pereza que afecta, de modo particular, a los estratos vulnerables. Es frecuente, en cada hogar de bajos ingresos una persona que trabaja. El familión vive a sus expensas.
Son miles los adolescentes y jóvenes que padecen el SLP (Síndrome de la Lata Profunda) y engrosan la legión de los "ni ni", es decir, ni estudian ni trabajan. Otros, se refugian en la condición de alumnos que exime del compromiso de aportar recursos.
Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
profe@cedech.cl
SIMCE, cada vez menos importante
Varias voces de alerta se han escuchado en atención a la decisión del Consejo Nacional de Educación de reducir la cantidad, modalidad y periodicidad de las pruebas SIMCE que se aplican a nuestros escolares, siendo el principal argumento el que se contará con menos información del aprendizaje de los alumnos. Al respecto, si consideramos el resultado de la última aplicación del SIMCE la cual evidenció una baja de 15 puntos en lectura, no queda claro si su aplicación ha servido para mejorar el desempeño de los estudiantes.
Por otro lado, un dato no menor, es el que se ha venido verificando hace bastante tiempo y que dice que los padres ocupan criterios de elección del colegio para sus hijos que distan bastantes de los resultados del SIMCE. Muchas familias optan por las escuelas en atención a los principios que aquellas profesan o por razones prácticas. Al parecer, para las familias, la calidad se encuentra en otro lado y, claramente, hace falta un mayor mercado de información educacional que entregue insumos atingentes a los intereses de las familias y de los alumnos.
Iván M. Garay Pagliai
Fundador & Director Ejecutivo