Don Coco, el cocodrilo
Llevábamos meses planeando con unos amigos irnos de camping a la playa durante unos días. Para juntar plata vendimos helados, pie de limón y una cantidad increíble de berlines. Todo hubiera sido excelente si no fuera porque las ganancias las íbamos gastando el mismo día en puras estupideces, que al final hicieron que no llegásemos ni a la mitad de la plata que esperábamos.
Nos fuimos igual a Huáscar con los recursos mínimos. Como a los dos días nos comenzó a dar hambre -porque los fideos nos duraron nada- y decidimos ir a pescar un tomoyito para la fritanga. Nadie sabía pescar. Un desastre de viaje.
En eso, conocimos a don Guillermo Carmona, vecino de la Bonilla que a veces viene a pescar a este lado de la ciudad. "Acá es bueno, para la Playa Amarilla igual", dice. Él tiene una caña de pescar con su correspondiente lienza (dice que no le salió más de 30 mil pesos en la ferretería), pero cualquiera puede venir con su lienza piola.
"Lo principal es venir en la mañana, tipo ocho. Ahí sale bueno el pescado. Después tarde ya no, porque el pescado sale a almorzar", dice riendo don Guillermo. De ahí, dice que tipo seis o siete de la tarde, vuelve el pez a la orilla. En una mañana, fácilmente puede sacar diez a quince tomoyos.
Con años pescando, el vecino tiene a los piures como su fiel carnada. Los sale a buscar, los deja reposando en sal durante una noche, y al otro día está listo para clavarlo en el anzuelo. "Todavía queda piure, pero poquito… por culpa de la contaminación", dice.
-Oiga, suponiendo que yo tengo una caña de pescar, la pedí prestada, pero no tengo idea cómo usarla, ¿qué tengo que hacer?
-La lienza, con su plomo y anzuelo, debe estar colgando a más o menos un metro de la punta de la caña. Se saca el freno y se deja con un dedo asegurado. Ahí lo lanzas, y después tiras el freno.
Estábamos tan entusiasmados con los cabros para sacar un tomoyo, que mandamos a un amigo a comprar la caña a la ferretería. Llegó y tiramos la lienza al mar. Creo que no habríamos estado dos horas esperando si el tonto hubiera comprado un plomo para que la carnada se hundiera. No creo que haya pensado que los tomoyos saltaban…
8:00 A esa hora comienza a tirar la caña don Guillermo Carmona en las rocas de Huáscar.