Cartas
Cuento
Señor director:
Trabajé como guardia de seguridad en la empresa Segurity Espress, entre febrero y octubre del año pasado, en la Casa de la Cultura de Antofagasta. De allí guardo gratísimos recuerdos del entorno laboral, destacando la enorme labor cultural del señor Mario Aceituno y funcionarios municipales.
Siempre existió mucho respeto y amabilidad en dicha casa, tanto de don Mario como de los profesores de los distintos talleres artísticos. Resalto el trabajo de Engerbel Pérez, y de los grupos de danza, teatro, pintura, ballet y otras manifestaciones artísticas, donde siempre reinó la amabilidad hacia mí.
Esto motivó a que escribiera un cuento para la antología narrativa "Antofa Cuentos 2", del señor Ricardo Araya Maldonado, donde describe desde el recorrido de mi casa hacia la Casa de la Cultura. Tuve que pasar el enorme desagrado de leer un texto que fue modificado, con detalles de la Casa de la Cultura que jamás escribí, criticando en forma perversa la labor de los administrativos y la forma de la casa. Jamás escribí eso, menos en mi condición de guardia de seguridad, donde se tiene que mantener un código de respeto y discreción. El texto fue alterado en forma negativa por el periodista Ricardo Araya Maldonado, dejando una sensación negativa de mí.
Por eso escribo esta carta a su prestigioso medio de comunicación, dejando claro que tengo los mejores recuerdos de la hermosa Casa de la Cultura. Es importante que dentro de un proyecto literario sea algo serio y se valore la fuerza y belleza de nuestra Antofagasta querida.
Le saluda atte.,
Marietta Morales Rodríguez
Defensa de animales
Señor director:
Un abrazo fraterno para los vecinos que echaron a andar la idea de instalar receptáculos para dar de comer y beber a los perritos abandonados.
Me alegra saber que se alzan grupos de personas en defensa de los animales, que en esta ciudad han sido botados como basura, desterrados en lo más inhóspito para que se mueran, envenenados cruelmente e incluso violados por la especie humana, sin existir la más mínima compasión de parte de la autoridad que tenía la obligación de velar por el resguardo animal.
Luz Marina Montaño
