Cartas
Obediencia
Os contaré la historia que me aconteció, la tengo en mi memoria, pues bien empieza así:
Bien sabía que estaba enfermo,
me afectaba un gran dolor ¡Vivir!
¿y a qué me atenía?
¿si en mí ya no había color?
¡Lo ves!...¡pues es tu culpa!
a mí decía una voz: ¡allí está el remedio!... ¡leer y sanarás!
¡Oh!...¡vi la gran mosura!,
un libro de oro y sol,
que decía en letras puras:
La obediencia es virtud.
Al leer esas palabras mi espíritu volvió a ser,
la más dulce alma
que el mundo conoció.
Existe en este mundo
¡la más grande virtud!
la que guía por buen rumbo,
¡digna en la juventud!
Obedecer es bello,
¡sublime, encantador,
"Es el carnal destello de la palabra amor".
Poesía compuesta el año 1950 cuando estudiaba métrica castellana en el Liceo de Hombres de Iquique y que se la dedico con todo cariño y respeto a los estudiantes de nuestra patria, para que se inspiren en sus versos y tengan éxito en la nueva jornada que se inicia.
Atentamente,
Jorge Raúl Díaz Pacheco
