Abrieron un libro de condolencias en el Consulado de Bélgica
"Son tiempos muy duros para toda Europa", aseguró el cónsul en Antofagasta del país que fue atacado ayer.
Andre Pierre Malebrán T.
El mundo volvió a poner sus ojos por un atentado terrorista en Europa. Ahora no fue París, pero cerca se repitió el miedo que hace apenas unos meses embargó las pantallas de todo el mundo. Bélgica sintió el dolor de perder a compatriotas y visitantes en un ataque que se dividió en el aeropuerto de Bruselas y en una estación de metro.
Fue tal el dolor que en Antofagasta, en las oficinas del consulado que se encuentra en la esquina de Baquedano con Washington lucía a media asta la bandera belga en señal de respeto, medida que se extenderá hasta mañana.
Muchos vecinos que desconocían hasta ayer dónde se ubicaba el consulado, incluso su propia existencia en la región, se conmovieron por la imagen que unía a Antofagasta con lo ocurrido.
En su interior el cónsul de Bélgica, Maurice Laclabere, examinaba con sumo detalle los pasos a seguir en consecuencia a las órdenes que se emitían desde la embajada en Santiago.
Mensajes
Luego de eso se habilitó un libro de condolencias para que los nortinos que quieran enviar sus mensajes pudieran llegar hasta el lugar.
Los chilenos que quieran tener informaciones sobre sus familiares y cercanos que estén en Bruselas, tienen que contactarse con la embajada de Bélgica en todo caso, pero los belgas que viven en el norte -según explicó el representante del país europeo están en su mayoría en Mejillones- pueden comunicarse al fono +3278151771.
"El problema es que todavía no se puede dar información de la nacionalidad de las víctimas porque la identificación tomará mucho tiempo", comentó.
Hasta la tarde de ayer ni una persona había llegado a pedir informaciones, pero la recomendación es mejor acercarse al Ministerio de Relaciones Exteriores.
De acuerdo a lo mencionado por el diplomático la población es menor en la capital regional, y de igual forma iban a intentar coordinarse con ellos.
"La mayor cantidad está en Mejillones pero es población flotante que viene a trabajar y se va un tiempo, y así", mencionó sobre las dificultades de poder lograr el contacto con todos ellos.
"Estás cosas son muy malas. Son tiempos muy duros para toda Europa. Yo personalmente lo sufrí mucho en los atentados de París porque tengo familiares ahí (...) estas cosas afectan al mundo entero y estamos todos pendientes de lo que pueda suceder", concluyó.
amalebrant@estrellanorte.cl