Cartas
Chile, país minero
Somos un país pequeño, tanto por sus dimensiones geográficas como por el número de habitantes, pero conocido mundialmente por ser los mayores productores de cobre. Esto lo he constatado en todas las ocasiones que he podido ir al extranjero, donde confirmo el apelativo del cual nos sentimos muy orgullosos: "Chile, país minero".
Sin embargo, la crisis de inversiones que hoy tenemos en esta industria, que ha afectado también el ámbito académico en el cual trabajo, me ha hecho reflexionar sobre algunas cosas. El apelativo del cual nos sentimos orgullosos, ¿no nos estará tendiendo una trampa? ¿La trampa de quedarnos solo en la "producción primaria", por poseer tan extensos recursos minerales en nuestro territorio, y no completar el ciclo de uso del metal? Porque si bien las dimensiones de nuestra minería son excitantes, debemos estar de acuerdo que el ciclo del metal no termina en un cátodo, que es nuestro producto exportable, sino que continúa hasta terminar alojado en teléfonos celulares, computadoras o instrumentos de viento de alguna orquesta sinfónica de renombre mundial. ¿Cuánto valor se agrega cuando el cátodo se transforma en una aleación virtuosa capaz de transmitir datos?
