Querían abrir igual el "Panda" pese a prohibición de funcionar
Los pillaron hasta con el horno prendido y otra vez escondieron a los trabajadores cuando llegaron a fiscalizar.
Y otra vez el "Panda". Pese a las graves irregularidades detectadas en ese restaurant -comida sin refrigerar, instalaciones eléctricas en pésimo estado y 4 trabajadores chinos encerrados con llave-, ayer volvieron al lugar las autoridades del Trabajo y la gobernadora provincial para ver cómo marchaba la prohibición de funcionamiento, encontrando hasta el horno prendido y listo para empezar a hacer comida de nuevo.
La fiscalización comenzó al mediodía, cuando el director del Trabajo, Rubén Gajardo, entró a inspeccionar si todo estaba cerrado, como correspondía. Entró, volvió a salir y cuando quiso regresar, literalmente le cerraron la puerta en la cara. "Cuando entré estaban trabajando con ropa de cocina y cuando entramos nuevamente, ya no estaban con ropa de cocina, estaban sentados y se les había dado la instrucción que dijeran que 'fueron a cobrar el sueldo', en circunstancia que los vimos realizando labores propias del giro", explica.
Según Gajardo, el dueño, Y.W., trató de escabullirse pero lo atajaron en la esquina. Al propietario no le quedó otra que abrir el local, donde las autoridades pillaron basura reciente y preparación de alimentos, violando la prohibición que pesaba sobre el "Panda".
Querella
En tanto, la gobernadora Fabiola Rivero presentó ayer una querella contra el propietario por trata de personas con fines laborales. Además, señaló que nuevamente los trabajadores estaban encerrados con llave, y que la acción legal se podría extender. "Acá no pueden haber personas encerradas, eso incluso podría ser constitutivo del delito de secuestro", dijo.
El seremi del Trabajo, Pablo Rojas, señaló que se tomarán acciones judiciales, ya que "pudimos ser testigos de que habían trabajadores encerrados por 20 minutos. Esto atenta contra los derechos fundamentales, al igual que las cámaras de vigilancia que apuntan hacia los puestos de trabajo y comedores".
Mientras tanto, seguirá el trabajo psicosocial para saber qué es lo que atemoriza a los trabajadores, quienes se habían negado a ir a un Apart Hotel, para escapar del segundo piso del "Panda", un lugar lleno de recovecos y en pésimo estado de higiene.
No es primera vez que el restaurant enfrenta un cierre. En junio de 2012, la entonces seremi Karen Rojo lo clausuró cuando encontraron caca de ratón y carnes en descomposición que estaban listas para servir al público. La comida estaba guardada en malas condiciones.
Ratones
"No es normal, por supuesto que no. Pero por necesidad, uno trabaja en las condiciones que te ponen". Ángel Villacorta, peruano que lleva 7 años trabajando en el "Panda", es uno de los pocos trabajadores que sí tenía contrato. Villacorta se dedica al sector de la lavandería, y ayer abandonaba el local cuando se producía la fiscalización.
"En 7 años no tengo ninguna queja. A lo mejor con otros, pero conmigo no", dice. Él cuenta que sí sabía que existía gente viviendo en el segundo piso del local, pero que "no teníamos autorización para subir arriba". Reconoce también que dentro la situación laboral es dramática, con gente que no tiene contrato y hasta extranjeros ilegales, "pero eso no me corresponde a mí", dice.
-¿El jefe lo citó a trabajar hoy?
-No, no, yo vine a cobrar mi sueldo.
-¿Vio ratones ahí?
-Pero si ratones pasan a cada rato, no es nada raro.
La red Panda en el país: en Santiago tenían comida guardada en el baño
Existen otros dos locales de la cadena en el país: el "Panda Chico" de Viña del Mar (funciona desde 2011), y el más imponente, el "Panda Junior" de Portugal 198, pleno centro de Santiago. Tanto cuidado le ha puesto el dueño a su local de Santiago, que hasta tiene página web propia y bastante actualizada. De hecho, aún se puede reservar una mesa para celebrar el día de la Madre, $11.900 por persona.
Fundado en 2010, el "Panda Junior" comenzó a crecer vertiginosamente a mediados de 2012, hasta incluso recibir a la farándula de esos días. Entre wantanes y arroz chaufa, desfilaban por el restaurant las candidatas del "Halloween Top Model", certamen de belleza donde corría la argentina Sandy Boquita. Ahí comieron alegremente el psíquico Alban, Romina Salazar, el bora Aroldo y nuestro exboxeador, Carlos Cruzat. Ese certamen lo ganó María Josefina Gómez.
Todo iba estupendo si no fuera porque al "Panda Junior" también lo alcanzó el largo brazo de la ley: en julio de ese año, una fiscalización de Salud arrojó que en ese restaurant había carne, pollo y camarones vencidos que igual se guardaban en las cámaras de frío. En la bodega pillaron sangre y restos animales y lo peor, es que los dientes de dragón los guardaban en grandes baldes en el baño, que se encontraba en pésimas condiciones.
En esa fiscalización, que estuvo a cargo de la entonces seremi Rosa Oyarce, encontraron el mismo lamentable resultado que en Antofagasta: en el cuarto piso, habían ciudadanos chinos que, al igual que acá, no tenían ni documentos ni contrato.