La antofagastina que lució sus diseños en pasarelas de Canadá
Después de titularse como diseñadora, postuló como voluntaria para trabajar en el montaje del Fashion Week, desfile de modas más glamoroso ese país. Allí llegó a barrer y a limpiar ventanas, pero alguien vio sus diseños y su vida cambió.
Cristian Castro Orozco - La Estrella de Antofagasta
En sus palabras, fue algo muy casual, demasiado casual. Tal vez ese tipo de casualidades que solo necesitan tres ingredientes para garantizar el éxito, y que son juntar en un determinado instante a una persona, un contexto y un pretexto.
Eso ocurrió con la antofagastina María Jesús Ponce Granic, quien a sus 24 años ya puede presumir que mostró sus diseños de moda en uno de los desfiles más glamorosos e importantes del mundo, el Fashion Week de Vancouver 2016, que fue realizado en marzo y que tuvo a la chilena como una de sus invitadas predilectas.
¿Cómo llegó a exponer esta ex alumna del British School en tan deslumbrante certamen?
¿Cómo llegó a ser contactada por el propio Jamal Abdourahman (fundador del evento) para que sus creaciones fuesen parte del desfile?
En palabras de su protagonista, la perseverancia y tener claro sus objetivos fueron lo más importante, porque la chilena no llegó directamente a Canadá para formar parte del staff de diseñadores que se presentarían. Muy por el contrario, llegó a realizar trabajos menores como barrer y limpiar polvorientos cuartos oscuros.
Un solo objetivo
María Jesús fue alumna del British School, y recuerda que desde la adolescencia prefirió los trajes formales, que eran muy atípicos a lo que estaba de moda por aquel entonces (pokemones, emos, euroguros y otras variantes).
"Recuerdo que iba con mis amigas a bailar a las discos y a los eventos en ese tiempo. Y muchas me molestaban -en buena- porque, a diferencia de ellas que iban con pitillos y zapatillas, yo usaba trajes de noches y tacones, siempre bien elegante porque usaba mucho el negro", recuerda Ponce.
Pero esta no era la única característica que develaba en la adolescente un futuro ligado al diseño, sino que incluso desde niña llevaba consigo una croquera en donde dibujaba todo tipo de ideas y garabatos de cómo le gustaría modificar su ropa.
El detalle de nombrar esta croquera es fundamental, ya que todos los diseños que fueron llenando los blancos espacios después fueron vistos de casualidad por uno de los creadores del Fashion Week.
La carrera prometida
!Diseño! fue lo primero que vino a la mente de María Jesús al momento de pensar en una carrera profesional, ya que siempre se consideró una artista para crear nuevas prendas.
"Nunca fui a un pre ni tampoco me preparé para rendir la PSU, porque tenía claro que quería estudiar diseño. Había buscado en internet sobre universidades que impartieran la carrera y vi que en la U. del Pacífico la enseñaban sin requerir puntaje", recuerda.
Fue allí donde entró a estudiar diseño, carrera que le costó y que muchas veces pensó en abandonar.
"No fui una alumna modelo, incluso pensé al menos dos veces en abandonarla carrera, pero me mantuve firme. Cuando me tocó defender la tesis, me concentré en hacerlo tan bien que incluso sacrifiqué mi vida social, porque dejé de salir con amigas y deje de lado todo ese tipo de cosas para hacer bien mi trabajo. Finalmente egresé de la carrera con un muy buen puntaje, pero una vez graduada, quedé un poco como en la nada. No tenía muy claro qué hacer después". confiesa.
Ya con su título de diseñadora, María Jesús, en ese entonces de 22 años decide perfeccionar su inglés.
Vancouver
La joven parte a Canadá acompañando a su padre por un asunto laboral.
En ese país, y mientras tomaba clases de inglés vio un afiche en donde solicitaban voluntarios para participar en el montaje del desfile Fashion Week del 2015.
"No la pensé dos veces y me inscribí. No tenía muy claro las funciones que teníamos que hacer pero igual quise estar allí porque me acercaba a lo que me gustaba".
A María Jesús, junto a otros jóvenes de diferentes países que también se presentaron como voluntarios, les tocó realizar tareas menores como limpiar y asear cuartos, los que posteriormente serían intervenidos para formar parte del espacio que albergaría el desfile de moda.
"Me tomé mi trabajo muy enserio, y junto a unos pocos niños hicimos la pega de verdad, porque los demás, un poco decepcionados de los trabajos que les tocó hacer, dejaron de ir a ayudar".
Y la descubrieron...
La antofagastina aún tenía en ese tiempo (y sigue teniendo) la costumbre de llevar su croquera para dibujar en sus ratos libres.
Y fue precisamente en esos lapsos de descanso que tenía, mientras diseñaba en su croquera, que detrás de ella observaba atento lo que dibujaba uno de los asesores del desfile, quien quedó sorprendido por las creaciones que María Jesús garabateaba en el papel.
"Me preguntó qué era lo que hacía, que de dónde se me había ocurrido eso. Y de ahí no pasó mucho tiempo hasta que conocí al fundador del evento del Fashion Week, a quien le gustaron mis diseños y me invitó a exponerlos en la presentación del próximo año. Yo no sabía qué creer", dice muy feliz la joven, quien aún saborea el instante de ese ofrecimiento que cambió su vida.
De ahí todo fue vertiginoso, María Jesús presentó 'Knoted', una línea de trajes femeninos inspirados en los nudos y las cintas en le pasado desfile realizado en Vancouver.
Proyecto
Después de ese momento, María Jesús sólo tiene por objetivo abrir su propia boutique en Antofagasta, donde pretende lanzar su marca de diseños 'Saint Jesus'.
"Lo que ocurrió fue muy motivador para mí y ahora sólo quiero proyectar mis trabajo profesional en mi ciudad, porque si bien mucha gente me ha dicho que tal vez me valla mal en Antofagasta, es mi ciudad, la amo y también la extraño. Por eso quiero quedarme aquí", reflexiona. Si bien no descarta abrir una boutique física en la ciudad, dice que ya ha tenido bastantes pedidos en su página web saintjesusclothing, en donde ya está recibiendo encargos, por lo que una prometedora carrera en el diseño ya se está abriendo para la antofagastina.