Cartas
Al César lo que es del César
Señor director:
Después de la obtención de la Copa América Centenario, por parte de la Selección Chilena de fútbol, casi todos los programas deportivos, tanto de radio como de televisión, convenían y convergían en sus opiniones vertidas.
Los elogios hacia jugadores y cuerpo técnico no se hicieron esperar y sobre ellos recayeron muy justos halagos que hablaban de los talentos futbolísticos de cada integrante del equipo, de los clubes internacionales interesados en ellos y de los homenajes que merecían recibir. Obligatoriamente y en primer lugar, creían debía ser el del Gobierno en La Moneda, para beneplácito de la autoridad y luego otros que se sumarían.
Se comentó también, en relación a la estrategia estructural utilizada en cada juego, lo bien elegido que fue cada jugador de acuerdo a sus capacidades en determinado puesto. Se habló de Pizzi, de su cercanía y confianza que brindaba a sus discípulos y la vuelta de mano que estos le otorgaron, comparándola casi como la actitud de un hijo hacia su padre.
Algunos términos fueron dirigidos a alabar el comportamiento, la conducta y el buen proceder de los muchachos.
Se trajo a la memoria a cada uno de los técnicos que tuvo el privilegio de dirigir a la bicampeona selección. Y es así como se recordaron, analizaron y compararon a Bielsa, Borghi, Sampaoli y al actual técnico. Los parámetros comparativos, por supuesto, se refirieron a resultados deportivos, puestos alcanzados en cada competición y desarrollo de esquemas tácticos, todo refrendado por grabaciones radiales o televisivas.
Muy pocos, por no decir casi nadie, trajo a colación el recuerdo de don José Sulantay Silva, "El negro" o "Don Sula", como se le conoce cariñosamente en el ambiente futbolístico chileno.
Gracias a él y a la formación de escuadras como la Sub 17 y Sub 20, participantes en los Mundiales de Holanda 2005 y Canadá 2007, además de su excelente ojo seleccionador, es que hoy hablamos de la "generación dorada" y de sus figuras que brillan en el espectro futbolero mundial.
¡Gracias querido y recordado "Negro" por tu gran aporte, primero como gran futbolista, y luego como hacedor de las bases que hoy sostienen tan firmemente al seleccionado nacional!
Ajeno a los homenajes, don José vive tranquilo en su querido Coquimbo.
No necesita halagos, ni prensa, porque sabe del justo reposo del deber cumplido.
Héctor Herrera
