J. Andrónico Cangana - La Estrella
Sesenta largos años. Esos son los que Jaime Núñez Araya (79) y María Araya Varela (77) llevan casados.
Cuentan que estas seis décadas no han sido nada de fáciles pero con "empeño y amor todo se puede" y para celebrar el aniversario 60 desde su casamiento, sus hijos, nietos y bisnietos le organizaron una cena familiar.
4ta y 5ta región
La historia de Jaime y María comenzó en la Oficina salitrera "Chile", cercana a Taltal, a principios de los años '50. Sin embargo, los dos tienen algo en común: llegaron muy jóvenes -mejor dicho niños- a la Región de Antofagasta.
"Cuando cumplí 14 años me vine solo hasta la Oficina Chile para empezar a trabajar en lo que sea", recuerda Jaime, quien nació en Cabildo, comuna de la Región de Valparaíso. Allí comenzó siendo herrero, confeccionado las piezas de las maquinarias.
En cambio, María arribó hasta la Oficina Algorta cuando apenas tenía seis años. "Llegué con mi familia en busca de trabajo para mis papás", comenta la vecina, quien nació en Altar Alto, una pequeña localidad cercana a Punitaqui, en la Región de Coquimbo.
Los años pasaron y luego María entró a trabajar en la Oficina Chile, específicamente en una de las "fondas", lugares donde los trabajadores del salitre almorzaban.
"Allí fue la primera vez que nos vimos", cuenta María y Jaime agrega, "como nos empezamos a gustar ella me servía más comida", ríe el vecino domiciliado en la población Prat B.
En 1956 y cuando apenas tenían 20 y 18 años, los jóvenes enamorados se casaron en la Oficina Catalina, cerca de Taltal. No pasó mucho tiempo y empezaron a llegar los hijos (cuatro en total) y en 1967 arribaron hasta la capital regional buscando un mejor pasar. Y lo encontraron.
"Entré a trabajar a Mantos Blancos y lo hice por muchos años hasta que en el 2000 me jubilé y ahora nos acompañamos todos los días", dice Jaime mientras mira con cariño a María, la que ha sido su esposa por ya seis décadas.
El matrimonio Núñez-Araya tuvo cuatro hijos: Jaime, Williams, Juan y Janet, quienes a su vez les brindaron nueve nietos y éstos cuatro bisnietos.
Todos ellos más algunos conocidos de la familia le prepararon una romántica cena para la tarde de este sábado.
"60 años de matrimonio no son cualquier cosa y hay que celebrarlos como Dios manda", dice Janet, la menor de los cuatro hijos.