¿Seremos, alguna vez, un país de medallas?
Los Juegos Olímpicos nos despiertan cada cuatro años la misma inquietud: ¿Podremos algún día estar entre los países que luchan por medallas? Entonces leemos sesudos comentarios y a esperar cuatro años, a ver si algún talento natural logra un despegue inesperado.
Así fue durante muchos años. La situación ha mejorado, pues un acuerdo entre el Estado (representado por el Ministerio del Deporte) y el Comité Olímpico de Chile (donde empresas privadas aportan dinero) permite a los deportistas que ya obtuvieron logros en competencias internacionales, tener recursos para su preparación, técnicos y gastos. Se agradecen estos avances, que muestran que, en este caso, la alianza público-privado, resulta.
Pero, a pesar de ello, no hay medallas. Algunos podrán esgrimir que es por la infraestructura. Lo discuto. Recorro el país con la Fundación Ganamos Todos y veo avances permanentes y significativos en estructuras municipales; en escuelas, colegios e inversiones privadas.
Otros hablarán de las capacidades de los técnicos. Tampoco lo creo. El proyecto ya descrito permite la contratación de entrenadores de nivel internacional y han llegado varios extranjeros de categoría.
Está el tema de dirigentes y administrativos. Podría haber algo aquí. La gran mayoría ocupa cargos, más por carencias de su agrupación que por preparación o estudios. Los requisitos son demasiado bajos y, tal vez, eso afecta. Concluyo, por tanto, que para buscar medallas hay que dar un salto cuántico. Empezar a invertir en planes concretos de largo plazo. Se deben aumentar las horas de actividad física (y así combatir la obesidad y el sedentarismo), para que aparezcan nuevos deportistas. Y, a quienes muestran talento, apoyarlos apenas son detectados.
Con un país tan largo como variado, me parece lógico aprovechar las condiciones naturales de cada localidad. Por ejemplo, potenciar en el sur los deportes de gimnasio; en el norte, aquellos al aire libre.
Finalmente, un ejemplo que puede ayudar a graficar cómo luchar por medallas. China ganó los Juegos de Beijing 2008 y salió segundo en 2004 y 2012. Entre sus oros no hay deportes colectivos. Suman 121 oros en deportes individuales en los últimos tres juegos. Seguro han calculado los deportes que más medallas otorgan. Y se han concentrado en Natación (34); Gimnasia (18): Lucha (18); Tiro (15); y Halterofilia (15). Ahí se disputa casi un tercio de las 308 medallas en juego en Río. Si se agregan pruebas que dominan por historia y tradición, como el Tenis de Mesa (en Londres, 4 de 4 oros), Bádminton (el 2012, 5 de 5) y Saltos Ornamentales (en Inglaterra 6 de 8), se entiende por qué disputan la hegemonía de los Juegos.
Y si los americanos terminan ganando (EE.UU. 46 oros: los chinos 38, en 2012) es porque en el atletismo y en natación son imbatibles (en Londres, 9 oros americanos contra 1 de China, en atletismo; y 16 a 5 en el agua). Entonces surge una conclusión que no da margen de error. Hay que apuntar a los deportes individuales con mayor cantidad de medallas en disputa. Y trabajar, sin renunciar a mitad de camino, en un plan de ocho años, para que tras Tokio 2020, se empiecen a ver los frutos.
"Hay que apuntar a los deportes individuales con mayor cantidad de medallas en disputa. Y trabajar, sin renunciar a medio camino, en un plan de ocho años".