La nueva vida de Letreros Pizarro lejos de la Casa Dauelsberg
Con nuevas oficinas en Bellavista 3938, Manuel Pizarro sigue haciendo letreros a mano, pero extraña el centro.
Los pelos del pincel embetunado con pintura roja pasan con mucho cuidado sobre una tabla blanca que fue confiada para transformarse en un cartel que promocionará los artículos de un almacén. Manuel Pizarro (73) ha hecho esto miles de veces, pero hace rato que ya no lo hace desde la esquina donde los antofagastinos lo pasaban a visitar, la vieja casona Dauelsberg de Washington con Sucre.
A mediados del año pasado, al dueño de Letreros Pizarro le notificaron que la casa de pino oregón se vendía y que todos los negocios que funcionaban ahí -Muebles Nuñez, una tienda de fotos carné, una de artículos de tenis y él- debían irse porque se iba a demoler. Todos buscaron qué hacer y la casa, a última hora, fue declarada Monumento Histórico.
-Tuvimos que irnos todos- dice don Manuel desde su nuevo centro de operaciones, una pieza en Bellavista con Río de Janeiro donde comparte espacio con Muebles Núñez, unos arrendatarios más y una gata blanca que le gusta dormir en la sombra. -Pero acá siempre vienen todos mis clientes, corredores de propiedades, todos.
La pieza donde trabaja no cubre ni la mitad del espacio que ocupaba en el centro, pero alcanza justo para sus letreros en preparación, una repisa con libros y un microcomponente donde suena Radio Romina. Cuando Manuel toma el pincel, no falla ni en las delicadas curvas que requiere una C mayúscula.
-Todavía fumo- apunta el pintor al achicharrado filtro de un Pall Mall, al parecer rojo. -Pero a estas alturas de la vida lo fumo en dos etapas. Le pego una piteada y lo apago después. Hoy traje uno, almuerzo y le pego una quemada.
Por lo menos alcanza
Ya va casi un año desde que Letreros Pizarro -el dibujo de un Mickey Mouse le da la bienvenida- está funcionando en esta mini casa Dauelsberg de calle Bellavista, Manuel sigue extrañando el centro. En la casona que ahora es Monumento Nacional estuvo doce años no más, pero vivió cuarenta en calle Bolívar. De sus amigos que no se vinieron al centro-norte sabe que las foto-carné siguen en Washington y que el caballero del tenis era profesor. Acá, en Bellavista, Letreros Pizarro mantiene sus clientes. "Por lo menos se salva para pagar el arriendo y la jubilación", dice el hombre de los letreros.
-Mire, los únicos que quedaron bien fueron los políticos. En el Teatro Nacional había uno que dormía en las cortinas, se fue como exiliado y ahora gana como 240 mil.
-¿Y a usted cuánto le dan de jubilación?
-Yo recibo 97 mil pesos.
-¿Qué le parecen las AFP?
-Son una estafa.
1900 La Casa Dauelsberg fue una agencia de aduanas a principios del Siglo XX y el 7 de diciembre fue declarada Monumento Nacional.