Lorena Pereira Molina
"Quiero votar" repetía una y otra vez Eva Villalobos, de 86 años, cuando llegó hasta la Escuela D-74 "Maximiliano Poblete" de Antofagasta de punta en blanco.
Todo iba de maravillas hasta que en el ingreso le preguntaron por su mesa y ésta no coincidía con las constituidas en el establecimiento municipal de Avenida Argentina. Su destino era otro: el Liceo B-32 Ceia "Antonio Rendic" situado frente al puerto.
La cara de la vecina se descompuso, ya que había hecho un gran esfuerzo para llegar a este local de votación donde sí le correspondió sufragar en las elecciones primarias de la Nueva Mayoría en junio pasado.
Cualquier persona se habría devuelto a su casa o dirigido al local de votación correspondiente, pero para ella no había opción de regresar a casa sin votar pero llegar al nuevo local le era muy difícil por su muleta, problemas para caminar y porque, principalmente, andaba sola.
"Quiero votar" le dijo al delegado del local, quien no pudo hacer nada más que le brindara ayuda la Defensa Civil para desplazarse en silla de ruedas y que Carabineros la orientara.
Tal era la motivación de esta pobladora por sufragar y ejercer su derecho, que los efectivos policiales hablaron con un conductor de la locomoción colectiva apelando a su buena fe para que la trasladara y dejaran en la puerta de su local de votación en Avenida Grecia.
Un chofer de la línea 911 del vehículo placa patente BX TC 68 accedió de inmediato y llevó a la abuelita Eva a cumplir con su deber. cívico
Ella, muy feliz, agradeció el gesto de todos quienes la ayudaron a cumplir con su deseo de votar, asumiendo que fue un error de ella no haber consultado en el previamente su local de votación en el Servicio Electoral (Servel) y dar como hecho su último destino para sufragar.
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