Ignacio Araya Chanqueo
El 30 de agosto pasado fue el día más triste del año para todos quienes laboran en la minería. En Chuquicamata, un camión de extracción destrozaba un carry all que transportaba a un grupo de trabajadores, matando a dos de ellos. Horas antes, en El Abra, otro trabajador fallecía tras el choque de una locomotora con varios carros de cátodos.
En ese momento, ambas faenas pararon. Se investigó lo ocurrido, se supo que en El Abra hubo multas anteriormente por no vigilar que el FCAB informara a los trabajadores de su seguridad, y luego se reanudó el trabajo. Los trabajadores fallecidos pasaron a sumarse a la triste estadística de muertos del 2016. En todo el país hubo 17 víctimas fatales, ocho de ellas en la región de Antofagasta.
Los mineros, por cierto, están preocupados. Gustavo Tapia, presidente de la Federación Minera de Chile (FMC), lo vincula directamente a los despidos en las faenas mineras. "Lamentablemente en accidentes fatales hubo polifuncionalidad, trabajadores ejecutando labores sin la expertiz que se requería", dice. "Hay muchas recargas laborales. Los trabajadores quedaron muy complicados para mantener su fuente laboral", agrega.
Liliana Ugarte, presidenta del sindicato 2 de Codelco Chuquicamata, comparte esa visión. "Es un factor importante cuando las personas se ven enfrentadas a una mayor carga de trabajo, y al estrés de sentir que pueden ser cancelados. Uno siente que cualquier error le puede costar la pega". Ella recalca que la seguridad debiera ser una filosofía para todos. "Debe ser como manejar o levantarse todos los días en la mañana. Hay que tenerlo incorporado, no como una cosa anexa que se aplique en base al miedo", comenta.
Gustavo Tapia dice que faltan personas de experiencia minera para hablar de seguridad con los trabajadores. "Siempre hago hincapié que no es lo mismo opinar desde una oficina en Santiago en el 29 piso con aire acondicionado, a uno que está en la faena a las 3 de la mañana a 2 mil metros de altura", asegura. El presidente del Sindicato de Minera Zaldívar, Haroldo Álvarez, dice que hay una falta de fiscalización de las autoridades a las faenas. "La cantidad de fiscalizadores es mínima comparada con la enorme cantidad de mineras que tenemos", explica. "Ninguna libra de cobre merece la pérdida de una vida", finaliza el dirigente Gustavo Tapia.