Bolsas de plástico amenazan vida microbiana e investigación
El desierto florido tiene un alto potencial científico. Investigadoras comentaron la situación actual.
Claudia Cáceres Guerrero - La Estrella de Antofagasta
Hace un año Andrea Jara, biotecnóloga y encargada de la Academia de Ciencias de la Escuela República del Ecuador, visitó junto a sus estudiantes y a su asesora científica, Carolina Cubillos, el desierto florido que apareció en la ciudad, para realizar un proyecto con pequeños científicos.
En esos terrenos recolectaron muestras para desarrollar un trabajo de investigación escolar relacionado al estudio de los microorganismos presentes en el sector, ya que sólo habían antecedentes climáticos de este fenómeno, pero no microbiano.
El proyecto, que estudiaba el rol de bacterias en la germinación de las plantas, los llevó a ganar la categoría de educación básica en el Congreso Regional Escolar de Ciencia y Tecnología, destacándose por su innovador estudio.
Sin embargo, ayer ambas científicas visitaron el lugar y observaron cómo la zona estaba repleta de desechos y bolsas de plástico, situación que las dejó sorprendidas.
"La comunidad piensa que porque es desierto no hay vida, pero si la hay, lo que pasa es que es microbiana y está siendo amenazada a nivel antropogénico, por todo este plástico. Es un daño a la microbiota porque los microorganismos no están acostumbrados a estos factores estresantes, tienen que adaptarse a cómo degradar los compuestos", mencionó Carolina Cubillos.
Además dijo que aquellos que realizan fotosíntesis, pueden sufrir inhibición de ésta por las bolsas de plástico en el lugar, por lo que el organismo puede morir.
Investigación
Andrea Jara comentó que "hay que visualizar el daño que se está realizando con el plástico porque muchas de las personas estando en Antofagasta, no saben que las bolsas que utilizamos terminan en un lugar como este y tampoco saben que tenemos un desierto florido único en la región. Deberíamos cuidar estos puntos ecológicos de la ciudad".
Las investigadoras indicaron que la zona tiene un gran potencial científico para la investigación escolar, ya que si su academia pudo hacer un análisis microbiano. Todas las escuelas de la región podrían realizarlo, "pero si contaminamos eso no va a poder ser. Hay que poner medidas", dijeron.
150 años tardan en degradarse las bolsas de plástico, siendo factores estresantes.