El antofagastino que tomó su cámara y se fue a recorrer Asia
A sus 34 años, Juan Leonel Molina Briceño dejó atrás el desierto. El fotógrafo no lo pensó dos veces y con su equipo en la mochila, decidió recorrer los rincones más impresionantes del continente asiático, lo que cambió su vida.
Juan Leonel Molina Briceño no lo pensó dos veces y se lanzó a cumplir el sueño de muchos. Equipado con su cámara de fotos profesional, el fotógrafo antofagastino tomó su herramienta de trabajo, la misma que le ha servido para hacer un reconocido nombre en el mundo de la fotografía debido a los incontables eventos que han pasado por su lente, para así emprender un viaje por el mundo.
El joven de 34 años literalmente vive el día a día, donde cada momento es completamente diferentes y lo llena de experiencias.
Y es que todos los días cuando se acuesta no sabe lo que le deparará al siguiente amanecer. Esa es la gracia de su aventura que ya lleva por varios meses y que hasta ahora, no tiene siquiera luces de ponerle un final. Llegó la última semana de febrero. Han sido cinco meses en los que si bien en su visita al continente asiático ha recorrido dos países y pareciera que el número es reducido, las experiencias son incontables.
Internet ha sido el mejor aliado de Juan Leonel en esta travesía, pero veces es limitado el Wifi. No importa, el profesional se las arregla para que todos conozcan de su tremenda odisea. Para eso se ayuda con Youtube, plataforma que se ha transformado en un completo diario de vida de lo que han sido sus experiencias en cada parada que ha tomado.
"Mi recorrido en estos casi cinco meses más o menos han sido sólo dos países, Malasia, la capital y la hermosa isla de Langkawi. Ahora estoy en Tailandia, parte del norte, Chiang Mai y el golfo del sur, en Phuket, Phi Phi, Krabi y ahora en Bangkok", dice el profesional de la fotografía. Esta última ciudad se ha convertido en algo así como una base de todas sus operaciones.
"Para viajar a Asia hice lo que hacen casi todos creo yo, juntar la plata para el pasaje, juntar un poco más para los gastos básicos, honestamente no calculé mucho, dejé de ponerme excusas y me tiré a la piscina, era algo que necesitaba hacerlo, me atreví a dar el paso, si me iba bien o mal, al menos lo di todo y lo intenté", explica el nortino y ex alumno del Liceo Experimental Artístico.
Durante todo este tiempo ha logrado desempeñarse efectuando voluntariados que encuentra por Internet y también ha logrado generar dinero con "pitutos". Una de sus fotografías profesionales incluso, fue publicada en uno de los medios más prestigiosos de Malasia, el periódico Star 2 en uno de sus artículos principales.
Para alimentarse, es cosa de saber buscar. El profesional comenta que la comida es barata, donde incluso ha encontrado buenos almuerzos por sólo $600. En alojamientos, se ha topado con precios incluso desde los $1.200.
El idioma sería uno de los principales obstáculos, pero con el inglés ha sabido desenvolverse. A los taxistas les señala en el mapa dónde quiere ir y sin tanto problema, lo han llevado a su destino.
Pero una de los aspectos más notables es la diferencia de cultura, donde claramente con Sudamérica y más específico con Chile, existe una gran diferencia.
"Somos dos continentes con historias muy distintas, desde las cosas en que creemos y cómo las creemos, es un poco injusto y difícil de comparar. Partiendo que la cultura asiática tiene miles de años y en Chile algunos cientos. Si hablamos de cultura no sólo pienso en las expresiones artísticas, pienso en la comida, en la forma de hacer las cosas, en la tolerancia con nuestras diferencias.
En Bangkok por ejemplo, me quedé a unos 10 minutos caminando de la famosa calle Khao San Road. Ese lugar es súper tranquilo, la gente duerme la siesta, quizás aturdidos por el calor, mientras esperan vender lo que sea que vendan, frutas, ropa, etc, nadie roba o hace algo indebido. A la vez, tienen una revolución con el tema sexual, altamente más tolerado que otros, siendo que son súper 'religiosos'", explica.
Y añade que "la otra gran diferencia es el gran desarrollo turístico que tienen, estos países. Sudamérica y Chile tiene mucho que aprender de esto, de valorar lo nuestro y potenciarlo. Hasta ahora una de las cosas que más me han llamado la atención es que la gente ama su comida local, y no importa si eres alguien de mucho dinero o no, la gente te trata con el mismo respeto".
Experiencia
Como buen chileno y amante del fútbol, no podía quedar fuera caminar por estas calles de Asia vestido con la camiseta de la Roja, ya sea con la de Arturo Vidal o Alexis Sánchez, las que para su sorpresa reconocieron: "Todo el mundo los conoce, así que me hablan en inglés de lo que saben y lo que me dan es sonrisas y varias otras veces me invitan cervezas, jajaja (ríe)".
Pero si de experiencias se trata, una de las que más le ha marcado en lo personal fue en la ciudad de Chiang Mai, al norte de Tailandia. Durante esa primera noche estuvo en un centro de voluntariado para niños, y donde estaban celebrando el cumpleaños del dueño del lugar que había sido reservado para el nortino. Fue entonces que en plena fiesta, se dio cuenta que había ancianos sentados juntos.
En ese momento, "una de las señoras que estaba al inicio de la fila me toma de la mano y me indica que me ponga de rodillas. Mientras hacía eso, ella comenzó a amarrar unas pulseras hechas a mano, diciendo unas oraciones y así pasó con todo el resto de ancianos. Por supuesto al final pregunté qué decían y pedían por mi felicidad, salud y bienestar..." Esto simplemente lo emocionó, sobre todo por la generosidad por alguien que es forastero.
Pero también los nativos han aprendido de él: "De mí han conocido, música chilena, alguno que otro garabato. Como el "p.. la we... o el "conch... ajja Y sobre todo saben un poco de Antofagasta, les sorprende las fotos que les muestro del mar junto al desierto, eso los vuelve locos".
"Bendecido" es la palabra precisa que usa Juan Leonel para definir cómo se siente consigo mismo actualmente. Y eso lo justifica así: "Cuando te atreves a creer en ti mismo, en tus sueños, en lo que realmente quieres de verdad, el universo conspira a tu favor.
A la vez me siento orgulloso de mí. Mis fotos han abierto puertas totalmente inesperadas. Cuando la gente me pregunta qué hago por la vida y les muestro mi Instagram, deciden seguir mi cuenta y la comparten con otros y de ahí salen trabajos y sin duda es por lo que estaba haciendo en Chile, lo que me da la base para continuar aquí".
No hay plazos para volver a Antofagasta. Cuando se le pregunta a este joven, quien también es músico, responde: "hasta que ya no dé más, hasta que me aburra", apoyado por las opciones de trabajo que maneja. Por eso, la gran travesía no se detiene. Luego de Bangkok, en el horizonte aparecen Vietnam, Laos, Nepal, Myanmar (Birmania), países en los que espera seguir enriqueciendo el alma.