Fernanda Urrelo: la campeona que a escondidas creó su futuro
Junto a sus hermanos aprovechaba de ir a practicar en la moto a la pista de Topater cuando su padre estaba de turno en el trabajo. Hoy es la mejor de la zona norte en motocross a pesar de un duro episodio que pudo cambiar su vida.
Fernanda Urrelo Durán, con sus 23 años es la campeona del norte en Motocross, ha competido en nacionales, ganando pruebas y todo gracias al esfuerzo propio y el amor que tiene por las dos ruedas.
Una pasión que heredó de su padre, quien también disfruta de las motos, así como también sus principales "cómplices" que son sus hermanos menores, ya que gracias a ellos, Fernanda ahora sabe todo de las motos.
"Mi afición por las motos parte de mis hermanos, ya que ellos andaban desde muy chicos primero en cuatrimotos y después en dos ruedas. Mi papá desde que tengo memoria que anda en moto, primero en pistera y después en enduro y, como soy la única mujer me cuidaban mucho, sumado a que mi papá es bien machista... (ríe)", afirmó.
Un padre sobreprotector, claro la única mujer, tenía que estar más tiempo junto a la mamá. "No quería que me subiera a la moto, no había caso, porque decía que yo era mujer y que tenía que estar con mi mamá en la casa, ayudarle y estudiar", apuntó Fernanda.
Las motos eran lo suyo, lo sabía; ahí crece un poco la rebeldía propia por querer hacer lo que a ella le gustaba y, como muchos jóvenes, adolescentes, practicó junto a sus hermanos a escondidas.
"Yo empecé a andar a escondidas en moto, cuando él (Papá) se iba a trabajar, cuando estaba de tardero o mañanero, con mis hermanos nos íbamos a Topater, ahí me enseñaron a andar en moto, aprendí súper bien y andábamos escondidos, esto hasta que conocí a mi pareja, Héctor y él también andaba en moto y hacía cross y yo no, así que empecé a ir más seguido a la pista, sin que mi papá supiera".
Ahí Fernanda comenzó a dedicarse más al motocross, junto a su pareja nace la campeona que es hoy, claro no con la aprobación de su padre en un principio, pero que hoy está orgulloso de lo que ha conseguido Fernanda, que no fue y que no ha sido fácil a su corta edad.
Difícil prueba
No llevaba prácticamente nada compitiendo, de hecho era su segunda carrera, cuando en 2015 asistió a una prueba que era en beneficio de las víctimas del aluvión ocurrido en la tercera región, sufriendo un grave accidente.
"Estuve en la UCI mucho tiempo, casi 6 meses en el hospital, era mi segunda carrera, pero la primera con hombres, me caí súper feo, me rompí la pierna completa, la cadera en 5 partes, todas las costillas, me perforé un pulmón, de hecho ese día le dijeron a mi papá que yo me iba a morir", confidenció Fernanda.
Fue un momento complejo para toda su familia, "todos estaban mal, mi familia completa estaba mal, no querían nada con las motos, pensaron que yo me iba a morir y creo que fue un angelito muy grande que tengo que ahora estoy bien".
Fue una dura prueba para Fernanda y toda su familia, para su hija que tuvo que vivir junto a ella todo el proceso de recuperación, el que no fue corto y no menos complejo.
"Estuve casi un año completo en silla de ruedas, terminé el año en la universidad con muletas, por eso me atrase en la carrera, porque debería haber salido el año pasado y gracias a la ayuda de mi familia y la kinesióloga, pude levantarme más rápido a caminar", recuerda.
No hay miedo en ella
Vivió lo difícil de la caída, lo complejo de la recuperación, pero no se quedó ahí, contra viento y marea quiso volver y competir.
"Es complicado porque desde ese entonces mi mamá ya no va a verme, se que me acompaña desde la casa, siempre que compito le prende una 'velita' a mi abuelita para me cuide y no se queda tranquila hasta que le digo gané, estoy bien. Mi papá también son súper pocas las carreras que ahora va, le da miedo".
Así es que fue más allá, porque "tenía un sueño y desde la primera carrera después de mi accidente, dije que iba a volver y que lo haría bien".
Sabe que aún le falta en su proceso de recuperación, "no puedo rendir bien físicamente porque quedé con un problema en la pierna derecha, me duelo mucho en las carreras, pero es un dolor que se aguanta, por lo que sigo con kinesiólogo", confiesa.
Ejemplo para su hija
Lo que ha conseguido Fernanda es un claro ejemplo de que todo se puede superar y seguir con los sueños, algo que se lo dice a su pequeña Fabiola de 6 años, quien también ama las motos.
"Aprender que las cosas hay que tomarlas con calma. Aprender bien de los errores para no volver a cometerlos, es lo que estoy tratando de inculcarle a mi hija, para que ella no cometa el error que yo cometí".
La hija ve a su mamá como su ídola, le dice que siempre gana, creció viéndola competir.
Con sus 23 años, Fernanda es mamá, estudiante, deportista destacada, es mujer en todo sentido y dice que aún así le sobra tiempo, "hay que tener un orden en la vida y te alcanza el tiempo para todo, te sobra inclusive para hacer de todo, hay que esforzarse el doble eso sí, cuesta, pero con corazón salen las cosas" cerró.