Científicos llegaron a lo más profundo del mar antofagastino
La expedición se realizó en la fosa de Atacama que queda al frente de las costas de Antofagasta. Su profundidad es similar a la altura del Monte Everest. Participaron 22 científicos nacionales y tres extranjeros.
Por primera vez un equipo chileno de científicos logró descender a una profundidad de 8.081 metros en la fosa de Atacama, ubicada al frente de las costas de Antofagasta.
Una hazaña no menor, ya que han sido varios los intentos que distintos equipos de investigación han realizado en dicho lugar y que no han tenido éxito.
Esta aventura comenzó hace más de seis meses, con la planificación y todo lo que conlleva realizar una excelente e inédita expedición.
"Partimos desde el 26 de enero desde Valparaíso, (…) el objetivo era la investigación del mar profundo, que tenía dos potenciales puntos de estudio, uno a la cuadra de Huasco o cerca de Huasco y el otro al frente de Antofagasta", dijo Marcelo Oliva, académico del Instituto de Ciencias Naturales Alexander von Humboldt de la facultad de Ciencias del Mar e investigador adjunto de la expedición.
El viaje lo hicieron a bordo del buque AGS-61 Cabo de Hornos de la Armada de Chile.
Importancia
El también académico de la Universidad de Antofagasta (UA) recalcó la importancia de esta investigación. "Para mi es que estuvimos como universidad. (...) La UA estuvo en una expedición de esta naturaleza y eso refleja el reconocimiento que tiene nuestra universidad en el concierto científico nacional", dijo Oliva.
También destacó que el haber llegado a tal profundidad es un aspecto realmente importante ya que "eso demuestra que tenemos las capacidades técnicas y científicas para emprender estas actividades" y además dijo que "estamos aprendiendo algo que ayer no sabíamos".
En la expedición participó un equipo científico de primer nivel del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO). "Estuvieron estudiantes de pre y postgrado de la UA, o sea científicos formados y que se están recién formando".
El equipo estuvo liderado por los científicos Osvaldo Ulloa y Rubén Escribano que son académicos de la Universidad de Concepción además de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Según contó Oliva, esta expedición se iba a realizar en noviembre del año pasado, pero lamentablemente en esa fecha desapareció el submarino argentino Ara San Juan por lo que el buque AGS-61 Cabo de Hornos de la Armada que iba a llevar al equipo de investigación, fue en ayuda del país trasandino.
"Por la solidaridad internacional el barco, que está muy bien equipado, fue en ayuda de la búsqueda y rescate del submarino y eso dejó la expedición un poco postergada", explicó.
Instrumentos
Cabe destacar que en un principio, el equipo tenía pensado hacer descender los instrumentos a 8.065 metros de profundidad pero finalmente lograron bajar los 8.081 metros.
"Estábamos buscando en la plataforma la planicie profunda frente a Huasco , que tiene menos de cinco kilómetros de largo y menos de tres de ancho. (...) Por mucha tecnología que tú tengas no es fácil encontrar ese punto considerando que estamos a ocho mil metros de profundidad. El punto de Antofagasta lo encontramos inmediatamente, tuvimos mucha suerte", comentó Oliva.
El académico indicó que utilizaron varios instrumentos científicos para documentar la expedición.
Una de ellas fue una "Roseta", que es un conjunto de botellas oceanográficas. Las 12 botellas traen en total más de 240 litros de agua de profundidad. Con ese material se puede analizar las características del ambiente a esa profundidad.
"Otro de los equipos de usamos fueron los CTD que son los registradores continuos de temperatura, salinidad, oxígeno que permiten también ir analizando un perfil desde la superficie hasta el fondo, viendo las concentraciones de oxígeno por ejemplo, (...) o cómo van cambiando la temperatura, la salinidad, (...) se puede ir tipificando y caracterizando las distintas masas de agua", explicó el científico.
El equipo también utilizó la red Mocnem, que es una red de múltiples aperturas. "La gracia de esta red es que es un conjunto de redes que se abren independientemente de modo tal que yo levanto las redes y las abro a la profundidad que yo quiero y voy tomando estratos de profundidad y ahí vamos obteniendo organismos", expresó Oliva.
Sin embargo, el instrumento estrella del equipo de investigación es el Lander. Un robot que está equipado también con botellas oceanográficas y lo más importante es que tiene registro gráfico.
"Nosotros tenemos el registro desde que se lanza el Lander hacia al fondo y va subiendo (...) el Lander baja con un peso, se deja reposando en el fondo del mar el tiempo que uno quiere, se manda una señal acústica y libera el peso por lo que sube solo. Va tomando fotos cuando desciende, cuando está abajo y cuando sube", manifestó.
Oliva expresó que gracias a esta acción el Lander realizó 1.800 fotografías por cada 30 segundos. "Son en total 15 horas de registro continuo entonces hay una buena cantidad de información", expresó Oliva por lo que tienen bastante material para estudiar.
En las fotografías que los científicos ya han revisado, se han encontrado con especies marinas de las que no se tiene registro.
"Los que encontramos en el fondo fueron los Anfípedos y los Poliquetos. Éstos últimos son gusanos marinos segmentados y relativamente comunes tanto en playas de roca como arenosas", dijo Marcelo Oliva.
Futuras expediciones
Respecto a si se realizarán más investigaciones en la Fosa de Atacama, Oliva fue tajante en decir que la primera expedición que se hizo fue solo el comienzo.
"Esta fue la primera vez que estuvimos ahí y no nos podemos contentar con lo poco que encontramos. (...) O sea, encontramos mucho en términos de importancia pero se abrió una puerta a la ciencia, de saber que está pasando allá, cómo son los organismos que están en el fondo, cuáles son las características de las masas de agua porque el mar no es algo homogéneo", dijo el científico de la UA.
Sin duda alguna que esta investigación, que finalizó el pasado sábado, marca un precedente en la ciencia del país.
Tal como lo dijo Oliva, con esto se demostró que en el país están las capacidades técnicas y científicas para éste tipo de investigaciones.