Apareció un lugar donde anida la misteriosa golondrina de mar de collar
Por primera vez en 20 años de investigación un equipo científico encontró donde pone sus huevos en la región: cerca de María Elena.
La golondrina de mar de collar (Hydrobates hombyl) es realmente un misterio para los científicos. Tanto así, que está calificada como "inadecuadamente conocida" debido a lo poco que se conoce de ellas. Se sabe -eso sí-, que viven en alta mar, a unas 30 millas de la costa, pero que durante la noche se internan muchos kilómetros tierra adentro para luego volver de madrugada al agua. De hecho, recién el año pasado un equipo científico de la Red de Observadores de Aves de Chile (ROC) dio con un lugar donde anidan en el país, cerca de Diego de Almagro.
Durante veinte años, el biólogo Carlos Guerra estuvo en busca de algún sitio donde pudiesen anidar en nuestra región, hasta que llegaron a un apartado lugar de la comuna de María Elena con el ecólogo marino Jorge Páez. Allí, en medio de la madrugada y en el más desolado desierto, llegaron al primer descubrimiento de una nidificación de esta ave en la región de Antofagasta.
"Encontramos allí algunas evidencias, huesitos, plumas, que nos daban a entender que sí. Encontramos unos nidos que tenían el olor del petrel (también se les llama así) y finalmente en la noche los sentimos llegar", dice el académico y director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA) de la Universidad de Antofagasta.
Cuando por fin dieron con los nidos de la famosa golondrina, los científicos decidieron abandonar el lugar para no molestar a las aves, y volver en el futuro con un equipo más grande a realizar una expedición que incluya cámaras fotográficas con infrarrojo que identifiquen al petrel pero sin molestarlo.
La ubicación exacta de las cuevas donde anidan los pájaros es un secreto. "No quisiéramos que vaya gente allá a entrometerse, porque primero es un animal muy delicado, por alguna razón ha sido muy esquivo encontrarlo. Seguramente son muy sensibles a la presencia humana y sea esa probablemente la razón de porqué no se ha encontrado", señala el profesor.
Una de las reflexiones de Guerra, es que las golondrinas dejan sus huevos y pollos en la mitad del desierto, sin necesidad de fuentes de agua cercanas ni nada. En la noche, las aves viajan decenas de kilómetros desde el mar para regurgitarles comida a sus pollos, y después volver a desaparecer en medio de la madrugada. Hasta ahora, en sus expediciones al desierto, el profesor Carlos Guerra había escuchado a estos pájaros en la oscuridad de la noche.
Pájaro nocturno
Todos los años, a partir de febrero, las golondrinas de mar de collar empiezan a caer en la ciudad, o en las faenas mineras, dice el profesor Guerra. Esto, porque se confunden con las luces, caen, "y ahí quedan, no son capaces de remontar vuelo", dice. A estas golondrinas las han reportado en Sierra Gorda, Escondida, Alto Norte, entre otras. "Una noche nos indicaron que había chocado en un parabrisas un pajarito de éstos y lo trajeron (al CREA)", señala.
Por lo mismo, existe un programa de rescate de los petreles, realizando incluso capacitaciones en faenas mineras para explicar qué hacer si uno se llega a encontrar con estas aves. Si usted llega a toparse con una, el primer consejo es ponerlo en una cajita de zapatos (porque son aves nocturnas) y llamar de inmediato al CREA al (55) 2637030, o al Servicio Agrícola y Ganadero, al (55) 2223195.
Peso entre meses de época de reproducción tienen estas aves, entre abril y septiembre.
35 a 45 El año pasado fue la primera vez que se identificó un nido de la golondrina, cerca de Diego de Almagro, en Atacama.
gramos Entre el sur del Perú y la región de Valparaíso, hasta 300 metros de la costa, en la corriente de Humboldt.