Hace ocho meses que nadie usa el segundo piso de esta sede
En agosto terminó el comodato del Centro de Hijos de María Elena en la sede social del Salar del Carmen. Les cambiaron la chapa y piden que no los desalojen. Presidenta de la Junta de Vecinos dice que busca una solución para ambas partes.
Doña Luisa Lambert dice que en septiembre pasado estaba todo listo para celebrar las Fiestas Patrias: con los vecinos del Centro de Hijos y Amigos de María Elena fueron a comprar las cosas para después ir a dejarlas a su sede social en el segundo piso de Colombia 842, donde comparten espacio con la Junta de Vecinos Salar del Carmen, ubicada en el primero. La planificación del "18" llegó hasta cuando fueron a abrir la puerta.
La llave no entró nunca. Habían cambiado la chapa.
Lo que había pasado, es que el Centro de Hijos y Amigos de María Elena ya no tenía el comodato suscrito con la Municipalidad de Antofagasta desde hace casi nueve años. Un decreto alcaldicio de julio hizo oficial la entrega de la sede a la Junta de Vecinos, y el 31 de agosto se les envió una carta al Centro Social, pidiéndoles que entregaran las llaves en 72 horas. Con el cambio de chapa, quedaron afuera. "Y todavía tienen cerrada la sede con nuestras cosas adentro", dice doña Luisa.
¿Por qué les quitaron el comodato? "Tenemos una hoja limpia, en el sentido que jamás hemos tenido nosotros un parte de Carabineros, o un malestar de los vecinos", dice Lambert, que junto a otras personas miembros de la institución le hicieron llegar una carta al intendente Marco Antonio Díaz pidiendo que por favor paren el desalojo.
En la vereda opuesta, está Dániza Ocaranza, presidenta de la Junta de Vecinos Salar del Carmen. Ella dice que el objetivo del comodato a los eleninos, que consistía -según explica- en rescatar las raíces de la pampa, no se cumplía. "No se trabajó nunca con el propósito para lo que fue entregado ese salon", explica.
La concejal Doris Navarro es una de las personas que quiere frenar el desalojo. "Dos tercios de los concejales solicitamos por escrito que no se le quitase el comodato, porque conocemos su trayectoria y creemos que son un patrimonio vivo. Aparte que son todos adultos mayores, entonces para mí eso es faltarle el respeto a la gente adulto mayor". Ella incluso acompañó a los abuelitos que se manifestaron el viernes frente a la Intendencia.
Pero nadie entra
El problema es que aunque cambiaron la chapa, ni la Junta de Vecinos ha entrado en estos meses porque la Muni tiene la llave. Lo peor es que adentro hay alimentos "que ya deben estar en mal estado", dice Dániza Ocaranza. "Ellos se niegan a sacar sus cosas, está todo ahí", cuenta.
En este tira y afloja, Ocaranza menciona que ellos podrían hacer un trabajo en conjunto con el Centro de Hijos y Amigos de María Elena, pero nada. "Queríamos tener un acuerdo con la señora, abrirles el salón, que saquen sus cosas, pero la actitud de ellas nos ha hecho esta situación que ya lleva mucho tiempo".
Preguntamos al municipio sobre el tema de la sede cerrada y Christian Flores, director de Asesoría Jurídica, nos cuenta que se llegó a la conclusión que era "aconsejable" que la Junta Vecinal tuviese el comodato. "Se llevó al concejo municipal para su aprobación y el concejo aprobó por su mayoría el otorgamiento de este comodato a la junta vecinal y no al club social", dice. El funcionario municipal cuenta que incluso el Club Social presentó un reclamo a la contraloría regional, pero que no se reveló ninguna ilegalidad en el otorgamiento del comodato.

