Andre Pierre Malebrán Tapia
La primera sirena, correspondiente al llamado por principio de incendio, se produjo pasadas las 2:20 horas de ayer, tan solo un poco más tarde de la hora de salida de varios trabajadores -en su mayoría extranjeros- que desarrollan sus labores en el centro.
Sorprendidos, y con sus celulares en mano, no daban crédito al desesperado esfuerzo de los voluntarios que intentaban llegar al origen de las llamas, abriendo accesos por locales en Matta, Prat y Baquedano. Apenas cinco minutos después se declaraba el incendio y comenzaban a escucharse las sirenas de compañías y carros que se aproximaban a toda velocidad al paseo peatonal.
Con una moto tronzadora un grupo de bomberos pretendía romper los candados y cerraduras del Maicao y Schopdog, mientras de a poco el pequeño grupo de espectadores se acrecentaba. Varios vecinos se aproximaron justo minutos antes de que el personal de auxilio cortara el suministro de energía. De repente solo las chispas del metal de los candados cortados iluminaban entre Prat y Baquedano.
Personal de Carabineros recomendaba apoyarse hacia los costados del paseo para despejar el desplazamiento de las máquinas, mientras retiraban los topes de acceso vehicular para las unidades que seguían llegando. Ya corridos unos 30 minutos el temor de que el viento trasladara material encendido hacia la vereda sur de la arteria -frente a la "Galería Siglo 21"- obligaba a pedir apoyo desde Mejillones. Comunicados por radios, los carabineros que colaboraban despejando las vías, subieron corriendo a sus patrullas y se dirigieron a toda velocidad hacia la costanera.
Transeúntes apostados en la intersección de Baquedano con Matta comentaban lo poco que se podía desprender del diálogo entre los funcionarios: "parece que van a cortar abajo para que lleguen más carros", decían.
Entre la multitud destacaba un grupo cada vez mayor de asiáticos que ponía especial atención a un pequeño foco que empezaba a consumir el cartel del centro comercial de Baquedano. Sobre dicha estructura la escalera mecánica de una unidad de la Segunda Compañía sostenía a un bombero que combatía las llamas del fondo.
Un fuerte olor a bencina se propagaba provocando las miradas del público que a los pocos segundos pudo observar que voluntarios echaban a andar así un generador.
"¡Salgan de ahí!", empezaron a gritar desde el exterior por calle Matta al personal que se encontraba en el tercer piso del inmueble colindante a Eddus. El humo que era posible apreciar desde el centro de la cuadra empezó a iluminarse de un fuerte amarillo, y la preocupación era que los hombres no alcanzaran a escapar. Por suerte nada de eso ocurrió, pero lo que sí era claro era que el fuego ganaba en esta oportunidad.
Pasadas las 3:30 horas una enorme piscina era cargada por un carro de abastecimiento Z-10, capacitado para trasladar 9000 litros. Media hora después, y luego de que las llamas consumieran completamente el Eddus, el cartel de la Galería Siglo 21 era finalmente apagado, y los transeúntes se retiraban totalmente choqueados.
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