Imaginando un Chile sin carne
"En adelante, sólo se matarán tres animales: dos pavos y un ciervo, y el ciervo no siempre", sentenció un día el rey Asoka, padre del vegetarianismo. Su legado se extiende hasta hoy, de la mano del veganismo y el naciente ecosalvajismo.
Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Vaparaíso
Cuando en el corto plazo la liberación de los animales parece ser imposible, a los activistas de Save Movement Chile nos les queda otra opción que darles su último afecto, antes de que sean sacrificados por los matarifes. Luego de eso los gritos despavoridos de un cerdo que, según los activistas, no quiere perder su vida sin antes haber disfrutado de caminar por campos o comido pasto, bajo el sello de la libertad.
Lo peor para este movimiento es cuando el carnicero saca la sierra y degüella a los cerdos, apagando así los gritos que se habían repetido por horas. O al menos eso es lo que cuenta sobre esos momentos, la activista de Save Movement, Leonor Tulleres.
"Primero los aturden y después los degüellan", agrega, sobre el momento en que los animales van al matadero. Instancia en la que también los matarifes se hacen presentes con insultos o gritos dirigidos contra los activistas y sus cámaras, pero, agrega Leonor "la intención no es funarlos, si de hecho en los videos no mostramos sus caras, sino que se trata de mostrar la industria de la carne, porque ellos sólo hacen un trabajo, no son los malos de la película".
La impotencia de no poder hacer más por esos seres que sienten, la desespera hasta las lágrimas. Ellas justifican su activismo y su emprendimiento, dedicado al mundo de la comida vegana.
El país está lleno de movimientos, enfocados en las distintas corrientes que hay detrás del veganismo. Algunas más alimentarias que otras, mientras que las hay, además, desde una perspectiva filosófica, que pasa de concebir al hombre como centro del universo, a poner a los seres sintientes por encima de todo. A eso los veganos le llaman sensocentrismo.
Revolución Animal es el nombre de otra de las organizaciones, que deambulan entre los centros de estudiantes de la región. Ésta en específico nació en la Universidad Federico Santa María, con dos objetivos centrales: promover la educación antiespecista y entregar las herramientas para que los estudiantes, de diversos niveles, puedan acceder a una dieta vegana.
"Los animales son simples objetos hechos para satisfacer las necesidades de los seres humanos", cuentan muchos veganos, es la consigna que se repite desde que existe el antropocentrismo y que se reproduce en las escuelas, hasta el día de hoy.
Lo que ellos quieren, como Revolución Animal, es contribuir a transformar conciencias, al punto de comprender que estos animales sienten y sufren más allá de lo que se cree. Por eso, es que el veganismo apunta a un ideario mucho más grande que la transformación de la rutina alimenticia, pues para todos sus activistas representa una filosofía.
Como la superación de un concepto viejo que, a muchos de ellos, ya no les gusta: animalismo. Y los vemos funando el rodeo o a los coches victoria de Viña del Mar, con la consigna de que no quieren "más tracción a sangre".
Se trata de veganismos
Hay una corriente del movimiento vegano conocida, académicamente, como abolicionismo, que lleva adelante una lucha por acabar con una serie de leyes, costumbres o conductas dentro de la sociedad. Nos referimos al concepto abolicionista de la tortura, el maltrato y la esclavitud con los animales, entre los cuales hay algunos que quieren incluir a hombres y mujeres.
De ahí pasamos a uno de los enfoques con menor representatividad, el neoliberal, que pretende desde la transformación de los consumidores, como individuos, el crepúsculo del mercado de la carne y los productos de origen animal.
Gabriel Sanheli- militante de base de Revolución Animal- identifica su movimiento con un tercer sector, conocido como abolicionismo radical o interseccional. Para ellos el veganismo no se limita, solamente, a la explotación del hombre hacia el animal, sino que debe incluir la lucha por la superación de las demás explotaciones.
"Asumimos que el capitalismo es la explotación de las clases dominantes hacia las clases bajas, o que existe la explotación de los países centrales hacia los de la periferia. O la dominación del hombre hacia la mujer y la sociedad que destruye, cotidianamente, la naturaleza", recalca Gabriel.
Todas esas problemáticas se intersectan, para Revolución Animal, con la bandera del veganismo. Lo anterior se logra, según dicen, a través de un modelo de organización distinto, que puede ser el cooperativismo o la idea de "mandar obedeciendo".
Veganismo alimentario
Basándose en una investigación producida en la Universidad de Harvard, que derivó en la herramienta llamada "El plato para comer saludable", Gabriel Sanheli comenta que su rutina se basa en verduras, frutas, carbohidratos integrales y proteínas.
De lo que se trata, es de comer todos esos nutrientes, en cada una de sus ingestas, complementándolos con calcio y aceites nutritivos, como el de oliva, por ejemplo. Desde el desayuno hasta la cena, Gabriel relata que su mañana comienza con un pan con palta y jamón vegetal, acompañado de un café.
A media mañana sigue con una fruta, de cualquier tipo, para concluir en el almuerzo con una buena porción de legumbres, de todas las que sea posible, porque son la fuente proteica más importante, después de la carne que dejó de comer.
Entre los rumores que, por lo general, deben escuchar los veganos al abstenerse de la carne, se dice que si no consumen vitamina b12, podrían sufrir severas consecuencias físicas. Gabriel Sanheli confirma esto y asegura que de no tomar b12, por medio de suplementos o neurobionta inyectada, la anemia será parte de un futuro de enfermedad.
Lo peor llegará si es que un vegano, en su alejamiento del animal, hace a un lado las proteínas que necesita, correspondientes a un gramo por cada kilo que pese. Se trata de una especie de degeneración neurológica que, si bien reconocen que existe, hasta el momento no se registran casos de que esto haya pasado por insuficiencia proteica.
"La cocina del Oreja", es el emprendimiento que tiene Leonor Tulleres, ubicado en El Belloto. En ese lugar ofrece un variopinto de productos cotidianos, cuya gracia es haber sido realizados en base a alimenos vegetales. Empanadas de pino, hamburguesas o el clásico churrasco vegano, seitán, hecho de gluten. Son vegetarianos, veganos y omnívoros, quienes la visitan en un espacio que también incluye educación.
Porque quien llega se da cuenta de lo barata que puede ser la comida vegetal y la capacidad que tiene de emular a la carne en sabor, sin la necesidad de explotación animal. Historias así se repiten desde que abrió el pequeño comedor, que tiene en medio de su casa.
Qué es el ecosalvajismo
Un fantasma aparece de entre las cenizas de las viejas contradicciones- entre la izquierda y derecha- para continuar con la senda del veganismo, hasta llevarla hacia la superación del paradigma predominante hoy día: el antropocentrismo. Así lo explica uno de los promotores del ecosalvajismo en la V Región, el ex candidato a diputado por el Frente Amplio, Dann Espinoza.
"Nos alejamos de la izquierda y la derecha, por ser promotores del hombre como ser supremo, que nos mira por encima de la pirámide, situación que en sí misma es un acto de violencia: el considerarse superior a otras especies y otras formas de vida", comenta.
Lo que quiere el ecosalvajismo es dar el salto rápido, dice, hasta algo que se encuentra sino hasta arriba, en otra plataforma, conocido como ecocentrismo ¿Para qué? 'Para que las sociedades produzcan, exclusivamente, lo justo y necesario para sustentar la vida, junto con la protección de la vida y las relaciones'.
Para entender un poco mejor de qué se trata esta idea poco conocida, pero que entre el veganismo se abre paso con ferocidad, Dann Espinoza la aterriza a la realidad local de la comuna de Valparaíso. Piensa que como "son muchas las quebradas que tiene, podrían ser, fácilmente, transformadas en centros agroproductivos, sostenidos por los mismos habitantes de los cerros".
Sueña con que estos alimentos sean para el provecho de vecinos o colegios públicos. Pero también para dinamizar la economía y ser comercializados en verdulerías locales, generando recursos para el desarrollo de la ciudad.
El horizonte: "no devastar ni a la madre tierra ni explotar a nuestro querido hermano animal- ya sean estos humanos o no humanos- generando soluciones colectivas a nuestras necesidades individuales. A diferencia del invidualismo, que le ha permitido a este sistema económico actual, reinar adecuadamente, sin ningún tipo de resistencia", concluye Dann.
Porque para él "no basta con un veganismo que sustituya los productos de origen animal, con otros que continúen el camino de explotación y excesos cometidos en contra de otros seres que sienten, tanto como los seres humanos".