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A $500 el arriendo de sillas para hacer cola en Extranjería A $500 el arriendo de sillas para hacer cola en Extranjería

Emprendedor colombiano vivió las largas esperas en esa oficina -que pueden durar hasta seis horas- y creó su pyme en la cola: tiene 50 sillas y las arrienda todas. Emprendedor colombiano vivió las largas esperas en esa oficina -que pueden durar hasta seis horas- y creó su pyme en la cola: tiene 50 sillas y las arrienda todas.
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Ignacio Araya

Aún no amanece en Antofagasta y en las afueras de Extranjería, en calle Washington, ya empiezan a juntarse personas para tramitar los papeles que regularicen su situación en nuestro país. Durante horas, los migrantes deben lidiar con el frío y -sobre todo- el cansancio de estar parados hasta que por fin pueden entrar a la oficina para ser atendidos.

Al colombiano John James Lerma le pasó varias veces y se le prendió la ampolleta. ¿Si todo el mundo está parado acá, porqué no traer algo para descansar mientras? Ahí se avivó, se trajo veinte sillas y comenzó su pyme de arriendo de sillas para hacer cola. El sistema funciona así: si usted llega a las seis de la mañana, le pide una silla a John James -que a esa hora ya está ahí-, le paga quinientos pesos y cuando termine la cola se la devuelve.

"Yo ví mucha gente de pie, gente adulta, mujeres embarazadas, mujeres en lactancia con niños en los brazos y como venía con mi esposa, le dije 'mira mami, yo creo que uno viene para acá con una sillita y yo creo que las alquila'". Y le funcionó. Cuando "La Estrella" pasó ayer por Extranjería, a eso de las 1 de la tarde, estaban todos los banquitos ocupados.

"Está bueno, es cómodo para poder esperar, ya que la espera es demasiado larga", comenta -sentado- Luis Sánchez, peruano que lleva once años viviendo en el país y que ya sacó su residencia definitiva. Ayer tuvo que darse la última lata de hacer cola para retirar sus papeles, por eso llegó a las 7 de la mañana, arrendó su silla y se sentó a esperar.

En la cola

A todo esto, el proceso es lentísimo. Luis Sánchez asegura que llevaba cinco horas esperando cuando lo entrevistamos, y apenas había avanzado hasta la esquina de Baquedano con Washington. Todavía le quedaba un poco menos de una cuadra. Por eso, la brillante idea de John James Lerma le vino como anillo al dedo. "Casi siempre es lo mismo. Por lo general la gente se queda un día antes para poder salir temprano. Yo me vine temprano pensando que la espera sea más corta, pero no fue así", cuenta.

La pyme del colombiano John James es parte de los otros negocios que se hacen en el inesperado mercado de las filas. Frente a la puerta de Extranjería ayer había una señora vendiendo té y café con un termo y por el lado de Baquedano, un caballero con su carrito ofreciendo confites. El emprendimiento obligó a John a comprar más insumos, porque si al principio fueron 20 sillas, después fueron 40 y ahora trabaja con 50 sillas. "Gracias a Dios me ha ido bastante bien", dice.

"La cantidad de gente es bastante grande y aparte viene mucho niño también. Necesitan un poco de descanso, uno en tres o cuatro horas siente bastante cansancio. Muchas veces me tocó venir acá a lo de los papeles pero gracias a Dios ya salí de eso y ahorita me dedico a trabajar", cuenta John James.

En otro lado de la cola, Juana Wara Ventura, proveniente de Bolivia, dice que ha tenido que venir tres veces a hacer cola a Extranjería, debiendo soportar hasta seis horas de pie por la lenta atención. "Es muy innovadora (la idea de las sillas) y nos ayuda mucho". Ella está viviendo en Mejillones, y cuenta que le ha ido muy bien en nuestro país.

En el principio de la fila, un hombre acaba de llegar -por fin- a la puerta de Extranjería. Toma el banquito y se lo devuelve a John para entrar. "Estoy agradecido con el país. Amo el país porque me ha servido y he podido llevarle a mi familia", cuenta el emprendedor. Más atrás, el peruano Luis Sánchez opina algo similar. "Afortunadamente me ha ido bien y no me quejo... solamente de la fila"

"Vi mucha gente de pie, gente adulta, mujeres embarazadas, mujeres en lactancia con niños en los brazos".

John James Lerma,, a cargo de las sillas."

fotos: ignacio araya
fotos: ignacio araya
esperando en extranjería: las personas deben llegar de madrugada a hacer la fila para ser atendidos. además de las sillas, ayer habían dos personas vendiendo confites.
john james lerma, el emprendedor de las sillas.
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