Cartas
El eterno olvidado
Estimado director:
Sin ninguna duda el nombre de Arturo Prat Chacón es sinónimo de patriotismo para todos los chilenos. Su sacrificio en medio del Combate Naval de Iquique en el año 1879 lo catapultó a la galería de los chilenos destacados que dieron su vida por su patria, hecho no solamente destacado en Chile, sino que también en el mundo. Basta recordar que en 1985 la Academia Naval de Japón en la isla Tajimo rindió tributo a quienes consideró los tres más grandes héroes de la historia naval en el mundo, nuestro capitán Arturo Prat, el almirante Nelson (inglés) por Trafalgar y el almirante Togo (japonés) por Tsushima, inmortalizándolos con los respectivos bustos.
Sin embargo, si nos remitimos a los hechos ocurridos en aquel 21 de mayo de 1879, hubo otro chileno que también el destino le tenía reservada su presencia en la historia grande de Chile: Carlos Condell De La Haza, comandante al mando de la goleta Covadonga, quien puso toda su inteligencia y sagacidad para lograr encallar a la poderosa fragata blindada peruana Independencia en el Combate de Punta Gruesa, obteniendo para Chile un verdadero triunfo al dejar fuera de combate una parte importante de la marina peruana. Esta situación junto a la gesta de Iquique marcaron el comienzo del triunfo de Chile en la Guerra del Pacífico. Tal vez el arrojo y la inmolación de Prat hace que todas las miradas de los chilenos hasta el día de hoy se fijen en él como héroe nacional, por lo que Carlos Condell ha permanecido siempre a la sombra. Vaya de mi parte un justo homenaje para nuestro comandante Carlos Condell De La Haza, que al igual que Prat dejaron muy en alto el nombre de Chile como personas y miembros de nuestra gloriosa Armada.
Luis Enrique Soler Milla
Alternativa laboral
Somos amantes del fútbol, pero comparados con otros países, somos menos futbolizados, y por ende, no le damos la importancia que tiene en el plano laboral para quienes poseen aptitud y capacidad. Es indispensable que el Gobierno entregue los recursos económicos para reclutar jóvenes y prepararlos física y psicológicamente, no solo en el fútbol, sino que en otras disciplinas. Es la única alternativa para dejar de ser mediocres y de conformarnos con éxitos esporádicos que a veces, son producto del esfuerzo personal. Para lograr objetivos deportivos que nos den satisfacciones y prestigio hay que empezar por lo elemental: apoyo económico y preocupación por los jóvenes desde pequeños.
Jorge Valenzuela Araya