Ignacio Araya
La ley que prohíbe el uso de bolsas plásticas en todo Chile ya está lista. La aprobó el Congreso, fue despachada, y sólo basta que el Presidente Piñera la promulgue para que esté okey. Y cuando ésta se publique en el Diario Oficial, todo el gran comercio ("retail") tendrá seis meses para dejar de entregarlas, mientras que las tiendas menores un plazo de dos años. Todos los chilenos, sin excepción, deberemos acostumbrarnos a usar bolsas de género o de papel.
En Antofagasta, parte de la medida ya estaba implementada con anterioridad. Desde el 2 de enero en los supermercados ya no se entregan bolsas plásticas, pero sus efectos dañinos continúan. En los cerros que rodean la quebrada de La Chimba, a pocos pasos de la Reserva Nacional, miles de bolsas adornan el cerro hasta la cima, llevadas hasta ahí por el viento desde el basural.
La mayoría de los plásticos que están en el lugar se enredaron con las ramitas secas de vegetación que creció en la ladera de los cerros. Según el biólogo Carlos Guerra, las bolsas no se degradan nunca. "Más del 90% de los polímeros no son consumibles por nadie, entonces lo que pasa es que se pueden seguir moliendo, subdividiendo los pedacitos a micro plásticos, y se van a seguir dividiendo", explica.
Cuando se dice que una bolsa tiene tantos años para degradarse, el profesor Guerra dice que en realidad lo que hace es desaparecer a la vista, porque las micropartículas quedan siempre. Suponiendo que uno podría inhalar estas partículas, el proceso dañino igual continúa, asegura. "Entran al torrente sanguíneo, pueden ser digeridas, van a dar a las células y ahí pueden participar de algunos procesos fisiológicos... y dejan la tremenda escoba".
En el caso de las plantas, lo que hace la bolsa -dice el académico de la Universidad de Antofagasta- es romper el brote de los tallos cuando se engancha en la rama y flamea con el viento, lo que hace finalmente que la planta se muera.
-¿Y si se sacan todas las bolsas de ahí, se pueden salvar para el futuro?
-Sí, se puede minimizar, o reducir el impacto.
La alcaldesa Karen Rojo dice que el municipio ha limpiado en varias ocasiones el sector. "Hemos ido con campañas, con voluntarios a limpiar y lamentablemente mientras no se termine de una vez por todas con las emisiones de bolsas, esto va a continuar", explica.
En ese sentido, la alcaldesa aplaude la ley "porque el golpe no va a ser tan fuerte para nuestros vecinos, llevamos más de un año trabajando con esto. Se han sumado a medida que va pasando el tiempo diferentes actores en esta materia", agregando que "tenemos que hacer una concientización de evitar el uso de bolsas de plástico a como de lugar, de manera urgente".
Las otras bolsas
Además del desierto plástico de La Chimba, el fondo del mar también está lleno de bolsas. "Es cosa de meterse un poco al mar, empezar a bucear y darse cuenta de la gran cantidad de residuos que existen", señala la seremi de Medio Ambiente, Visnja Music. La autoridad regional explica que desde esa repartición impulsarán una campaña de limpieza de playas, para limpiar tanto el fondo marino como la parte terrestre. Esta limpieza se está programando para julio o agosto, mientras se conversa con otros actores.
La seremi, que ayer en la cuenta pública de la repartición se refirió también al fin de las bolsas plásticas, dijo que la normativa es "un avance" para el país, "porque evitamos la contaminación del ecosistema y promovemos la conciencia ambiental, que es lo que está buscando la ley".
El biólogo Carlos Guerra coincide en que la ley es un paso "indudablemente bueno", pero que no hay que dejar de notar que la prohibición es sólo para las bolsas para transporte de mercaderías, porque las de basura y las de los alimentos continuarán usándose. "En la mayoría del supermercado hay plástico. Compras fruta. ¿Dónde echas las manzanas, las peras? En plástico. Y después la cecina, en plástico. Todo lo demás viene en plástico".
Para hacer una comparación, el profesor da una idea: tomar la compra de un supermercado y calcular cuánto pesa la bolsa que dejaron de darnos, versus los plásticos de todos los productos que ahora llevamos en las bolsas de género. "Nos vamos a dar cuenta que lo más probable es que los plásticos de todos los productos pesen mucho más que la bolsa de transporte, que es la que estamos eliminando", dice.