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El mausoleo de los fleteros es un peligro público: buscan a familiares

Recinto está dañado por los años y requiere urgentes reparos. El problema: el sindicato ya no existe hace años.
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Ignacio Araya

La estructura del mausoleo donde descansan los restos de los socios de la Sociedad de Fleteros de Antofagasta, en el cementerio general, está hecha un desastre. Los años sin mantención, sumados a los efectos naturales, obligaron a cerrar el lugar con un gran anuncio que dice "Peligro". Tan peligroso es, que nadie puede entrar. Ni los deudos, ni los funcionarios del cementerio. Nadie.

Una de las soluciones obvias sería llamar al sindicato de Fleteros para avisarles del estado de su mausoleo, pero el cementerio no tiene a ningún representante oficial a quién ubicar porque, de partida, el sindicato ya no existe hace años. Por eso pusieron un papelito afuera del mausoleo: "Se cita a los familiares de los difuntos en la Sociedad de Fleteros de Antofagasta con carácter de urgente, presentarse en la administración del Cementerio Municipal de Antofagasta".

Hasta ahora, sólo han podido ubicar a cuatro personas, muy poco como para un quórum que decida el futuro del alicaído mausoleo. "Desgraciadamente por ley no podemos intervenir como administración, ya que existen cuerpos que están ahí depositados en sus sepulturas. Entonces la única forma de dar resguardo y seguridad (…) es que alguien pueda aparecer y hacerse cargo de algún trabajo de mantención", dice la administradora del cementerio, Claudia Meneses.

En el mausoleo tampoco se pueden hacer nuevas sepulturas, por la misma razón de los daños. Lo peor es que las condiciones críticas ya llevan unos cinco años aproximadamente. "Han aparecido algunos familiares que tienen a su padre, o algún tío o abuelo sepultado, pero no podemos con tres o cuatro personas. Tiene que ser mayor representatividad al respecto", explica la administradora.

A su juicio, lo que debería hacerse es sepultar todos los cuerpos en tierra y demoler ese mausoleo que ahora se ha transformado en un peligro público, para luego instalar en su lugar un monolito que recuerde que en esa ubicación estuvo el espacio de la Sociedad de Fleteros, para perpetuar la memoria de su existencia como entidad.

Meneses explica, también, que hay muchas tumbas que están completamente abandonadas, y que durante su administración tratará de hacerse cargo, "pero legalmente, sin tener la autorización de ellos (los familiares), yo no puedo llegar e intervenir".

Familiares

Jorge Peñafiel es uno de los deudos que tiene familiares sepultados en el derruido mausoleo. Su esposa y su suegro duermen el sueño eterno en el espacio de los fleteros, pero él quiere sacarlos pronto para ubicarlos en un lugar seguro, lejos de ahí.

"Quiero comprar un terreno que hay arriba. Yo expuse mi caso, sacaría a mi esposa y a mi suegro que están en los fleteros, pero como están las ventas detenidas... Así que quedaron de llamarme cuando se abrieran, pero no he recibido ninguna llamada", dijo.

Peñafiel reconoce que el mausoleo es un peligro, porque de lo poco que se ve hacia dentro del cierre de madera, se puede observar nichos resquebrajados y un piso imposible de transitar. Con respecto a la búsqueda de más familiares para poner un punto final al problema del mausoleo, Jorge Peñafiel explica que sólo conoce a una persona de ahí, pero que sufre de alzheimer.

Cuando supo del problema, el viudo dejó su dirección, nombre y número de teléfono, para el momento en que pueda retirar a su familia de ese peligro que significa tenerlos ahí. Todavía está esperando esa llamada telefónica.

"Legalmente, sin tener autorización de ellos (los familiares), yo no puedo llegar e intervenir".

Claudia Meneses, administradora del Cementerio."

Sebastián Rojas Rojo
Sebastián Rojas Rojo
los años han pasado por el mausoleo de la sociedad de fleteros y salvavidas. entrar es tan problemático que ni los funcionarios del cementerio lo hacen.
una valla advierte del peligro en las afueras.
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