47 años de vida dedicados a la formación de los alumnos loínos
Luis Lecaros recuerda con cariño sus pasos por el Liceo B-9 y sobretodo por el Liceo B-10, porque con éste se trasladó de Chuquicamata a Calama. Actualmente lucha por mantener con vida al Liceo B-34, donde ejerce el cargo de director.
Son 47 años de vida dedicados a la educación y a la formación de varias generaciones de alumnos loínos, que conocieron de forma cercana el trabajo del profesor y director calameño, Luis Lecaros Araya.
Consciente que está cercano a su jubilación, don Luis lucha por mantenerse aún vigente en esta linda, pero dura profesión, en el que se sabe que las varias canas que los docentes pasan a veces por las rabias de su trabajo, no son nada comparado a que contribuyen en la formación de varios estudiantes de la zona, para que así se transformen en personas de bien.
Calameño de "tomo y lomo", Lecaros nació un 2 de octubre de 1951 en estas tierras, realizando sus estudios básicos en la Escuela Superior de Hombres N°1, que es la actual D-48 "Presidente Balmaceda", para luego cursar su enseñanza media en la exEscuela Industrial de Calama, que ahora es el Liceo B-9 "Cesáreo Aguirre Goyenechea".
Su vocación por ser profesor nació prácticamente como una casualidad cuando se le ofreció a los 20 años trabajo como docente en la misma exEscuela Industrial, por lo que cuando ya laboraba como maestro en este recinto educacional, sacó su carrera como profesor en la Universidad de Tarapacá, sede Antofagasta, viajando todo los fines de semana rumbo a la capital regional.
"Después de mucho insistir logramos que la Universidad de Tarapacá nos hiciera la regularización a nosotros los de técnico-profesional y lo hicimos durante cuatro años prácticamente en Antofagasta. Viajamos los sábados y teníamos tarea prácticamente toda la semana y nos quedábamos todos los días en el liceo trabajando hasta las una de la mañana", confesó Lecaros.
Quien declaró que este esfuerzo valió la pena, porque así logró transformarse en docente en 1985, para luego sacar la licenciatura y la administración educacional en la Universidad Católica del Norte (UCN) en 1988.
Sus primeros pasos
Como mencionamos fue en la misma exEscuela Industrial en que realizó sus primeras clases cuando tenía 20 años, confesando que "nunca pensé que tenía la vocación de profesor y cuando estaba en la escuela primaria el profesor jefe que tenía en sexto de preparatoria insistió mucho en que me fuera a la Escuela Normal, pero nunca quise y no sentía en ese entonces que era mi vocación y por eso quería irme a la Escuela Industrial ".
Fue así que en 1969 tras egresar de grado oficio en este recinto educacional, se fue a hacer el Servicio Militar por un año y tras volver y no encontrar trabajo, fue a través de un hermano que lo contactó con un profesor de especialidad en el Industrial y empezó a laborar en este lugar.
Tras partir como profesor ayudante en el ahora Liceo B-9, luego ascendió a docente, luego a jefe de especialidad, pasando a jefe técnico hasta que en 1983 ascendió a inspector general, por lo que estuvo hasta el 30 de septiembre de 1991 en este establecimiento educacional, cumpliendo en ese entonces 20 años dedicados a la educación.
De este modo, es que Lecaros decidió cambiar de rumbo y emigrar hasta el Liceo B-10 América cuando se encontraban en Chuquicamata.
"Esto fue por decisión propia de irme al B-10, porque hace tiempo estaba pidiendo reubicarme y falleció en ese entonces el inspector general que trabajaba en ese establecimiento y ahí se dio la cobertura para emigrar allá", dijo.
Fue así que pasó largos años de su vida laborando en el ex campamento minero, precisamente 14 años laborando en el B-10 hasta el 15 de marzo de 2004 cuando bajaron a Calama por el recordado trasladado hacia la capital minera.
"Cuando llegué al B-10 en Chuquicamata era un centro educativo mucho más complicado de lo que fue en sus primeros tiempos el Radomiro Tomic. Era un establecimiento que tenía como obligación recibir a todos alumnos que dejaba de lado Calama, porque en esos tiempos se contaba con todos los beneficios de Codelco y había movilización", dijo.
Por lo mismo, es que vivió con mucha pena el histórico traslado hacia Calama el 2004, donde alcanzó a trabajar solo dos meses cuando llegó este recinto educacional a la Villa Ayquina.
"Allá era un liceo complicado y teníamos alumnos muy problemáticos, pero habían algunas ventajas que marcaban diferencias, porque los niños al estar alejados de Calama y de los mismos controles de la Provincial y de la Corporación, comenzamos a trabajar con un buen equipo de trabajo que teníamos. Por lo que el traslado a Calama fue nostálgico, porque era un liceo que queríamos mucho y era tan humilde como el Radomiro Tomic, con dependencias antiguas, pero lo modificábamos todos los años y lo queríamos mucho", recordó.
De este modo, es que esta misma política que empleó en el Liceo B-10 las llevó al Liceo Radomiro Tomic, porque al postular al cargo de director de este recinto educacional en el 2004, que se inició como un anexo del Liceo América, fue que asumió este nuevo desafío que mantiene hasta el día de hoy.
"La verdad es cuando llegué acá al Liceo RT quería devolverme, es que aún cuando esto era un local adicional del B-10 nosotros nunca vinimos con la directora para acá. Todos los papeles que había que firmar lo llevaban de acá para Chuquicamata y ahí se firmaba. Por eso, no lo conocía y a ojos cerrados postulé", mencionó Lecaros.
Por lo que comentó que "aquí no había nada, las salas de clases que son las mismas de hoy, la división de éstas eran de vulcanita, los niños eran realmente complicados y tenían todo roto, y mientras los profesores hacían clases, ellos se paseaban de punta a punta, y eran tan atrevidos que nadie les podía decir nada", contó.
Pero, este estigma social del Liceo RT lo ha ido cambiando con el paso del tiempo, lo cual en la actualidad lo ha llevado a que este establecimiento logre triunfos locales, regionales, nacionales e internacionales con sus diversas academias, principalmente la de Ciencias, Deportes, Música y Periodismo.
De este modo, es que actualmente quiere seguir manteniendo con vida al Liceo RT, pese a mencionar que algunas personas han querido cerrarlo, aunque actualmente existe el compromiso del alcalde Daniel Agusto por potenciarlo.
Así, Lecaros dijo que espera ser recordado como "un profesor que se la ha jugado y que he sido muy fregado y muy exigente, pero creo que en la vida me ha ido bien y mis niños que han pasado por tantos años no han sido atrevidos conmigo, y en todas partes me reconocen".