Deportes - La Estrella de Antofagasta
Sólo una jugada de balón detenido pudo resolver el apretado encuentro disputado ayer en San Petersburgo por el duelo que abrió las semifinales del Mundial. Y fue gracias al tanto de Umtiti que Francia llegó a la gran final de Rusia 2018.
Era un partido que prometía y que a la larga respondió a las expectativas. Hubo fútbol atractivo, muy intenso y con dos equipos demostrando la calidad de figuras que tienen y por qué llegaron hasta esta instancia.
Bélgica tuvo el protagonismo. Se hizo dueño del balón y metió al rival en su campo por varios pasajes del lance. Pero la posesión no siempre garantiza triunfos y ayer fue así.
El equipo dirigido por Roberto Martínez no supo materializar el control del esférico y las ocasiones que se creó ante un cuadro que apostó por el orden, la contra rápida y que tuvo a un muy atento portero Hugo Lloris.
Francia esperó y cuando recuperó el balón presionó con los ataques rápidos de Antoine Griezmann y Kylian Mbappé. Pero el gol del paso a la final llegó en una jugada detenida.
Cerró el compromiso
Tiro de esquina ejecutado por Griezmann al minuto 51 y Umtiti se sacó la marca de Marouane Fellaini conectando un cabezazo que dejó sin opciones al meta Thibaut Courtois.
Esa conquista marcó la diferencia en un electrizante partido. Después la tónica siguió. Bélgica continuó dominando, presionando, pero sin peligro claro. Y Francia cerró el compromiso.
Francia saca pasajes a la final y espera por el ganador del choque de esta jornada entre Inglaterra y Croacia. Bélgica irá por el tercer lugar para cerrar un muy buen Mundial donde estuvieron a punto de ratificar su gran momento futbolístico, que los ha tenido entre los primeros lugares del ránking FIFA en el último tiempo. Según las estadísticas de la FIFA, el equipo galo tuvo el 36 por ciento de la posesión del balón frente al 64 belga, hecho que reabre la discusión instalada sobre la efectividad del fútbol de posesión.