Redacción - La Estrella de Antofagasta
A la pena efectiva de 15 años y un día de presidio mayor en su grado máximo fue condenado un poblador, declarado culpable por el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Antofagasta de delitos reiterados de abuso sexual impropio y violación impropia en contra de una menor.
Esta tenía entre 5 y 13 años mientras fue víctima de los ilícitos por los que fue sentenciado Daniel López, de 43 años, quien era pareja de su tía.
La acusación del fiscal adjunto David Cortés Alfaro estableció que los hechos investigados se registraron desde el 2006 hasta el 2015, en un hogar ubicado en el sector norte de Antofagasta. Allí, López realizó a la víctima actos de relevancia y significación sexual en forma reiterada, consistente en tocaciones por debajo de la ropa.
En el mismo período, además, por medio de la fuerza y las amenazas accedió carnalmente a la menor vía vaginal, aprovechando la relación de amistad que mantenía con la familia de la pequeña debido al vínculo sentimental con su tía.
Según informó el Ministerio Público, en la etapa investigativa el poblador no había querido declarar, pero sí lo hizo en el juicio. Renunciando a su derecho a guardar silencio, negó los cargos y dijo que la niña lo había denunciado porque él controlaba sus pololeos, debido a que la encontraba muy joven para tener relaciones íntimas con sus pololos.
Agregó que tenía un vínculo casi de paternidad con la niña, "pero la víctima rechazó esa hipótesis, indicando que era más bien un vínculo de control ya que ella le tenía miedo, y por eso no contó a su madre lo que le pasaba, por temor a que el acusado le hiciera algo a su mamá, ya que él la tenía amenazada.
Así, la niña hace la primera develación a una compañera de curso y a un pololo que tenía, el cual decide hablar con la madre de la menor y explicarle lo que le está pasando a su hija", indica la información de la Fiscalía.
El imputado incluso huyó a Santiago tras ser presentada la denuncia.
Luego de escuchar el relato de López, la víctima y de familiares que explicaron las condiciones de la convivencia que mantenía la menor con el acusado, sumado a los peritajes de credibilidad de la víctima y a los peritajes sexológicos, el tribunal dio por acreditados ambos delitos y la participación que en los mismos tuvo el acusado.
La madre de la víctima compareció en el juicio como querellante, siendo representada por Maybeline Castillo, del Centro "Bahía Esperanza".