¡Abuelita llevaba dos meses atrapada en la basura de su casa!
Dramático caso de abandono en Antofagasta: después de que enviudó, quedó sola, sin más compañía que sus perros. Carabineros la encontró postrada, con sus piernas heridas. Ella sólo pidió una torta.
Cuando Carabineros recibió la denuncia de una casa llena de basura en la esquina de Irarrázaval con Luis Cruz Martínez, fue tanto lo que encontraron que era difícil de creer. Pasaron por encima de latas, sacos de basura, ropa vieja y empolvada. El techo, las puertas y las habitaciones estaban infestadas de arañas, a un nivel que no se podía mover una madera sin desarmar gruesas capas de telarañas. Y entre ese tremendo cerro de basura, encontraron a doña Susana Sáez, una abuelita de 65 años que dormía sola, rodeada de mugre. Llevaba dos meses postrada, con una enfermedad en sus piernas, viviendo entre arañas y perros en el más absoluto desamparo.
Tanta basura había en el lugar que no pudieron sacar a la vecina Susana de ese lugar cuando la encontraron. Ayer, a eso del mediodía, trabajadores municipales sacaban a punta de palazos todo lo que se había acumulado durante años. Llevaban dos bateas de basura "y estamos recién en el comienzo", reflexionaba el mayor Francisco Franzani, de la Segunda Comisaría de Antofagasta. "Tuvimos que pedir apoyo de la municipalidad para poder liberar espacios para poder sacar en silla a la persona del lugar y poder llevarla a un centro asistencial", decía.
Las vecinas del sector, que miraban impactadas a lo lejos cómo entraban carabineros y bomberos a rescatar a doña Susana, cuentan que ella vivía con su marido hasta que él falleció. "Ella iba a buscar comida a la feria. Le daban huesitos, cosas, frutas, ella venía a alimentarse", dijo una de ellas, que no quiso decir su nombre. En el último tiempo, cuando ella ya no podía moverse, dependía de un vecino que iba todos los días a dejarle comida.
El resto del tiempo lo pasaba sola. Todo el día, todos los días, su única compañía fueron los perros y las arañas.
Cuidados
A doña Susana la encontraron consciente, y a la alcaldesa Karen Rojo sólo le pidió unas leches y una torta. Gimió de dolor cuando intentaron levantarla, tal vez por las heridas de su pierna, carcomidas e hinchadas. Después que llegó la ambulancia, por fin pudieron rescatarla en una silla de ruedas. Estaba semidesnuda, tapada sólo con un chaleco.
No es nuevo el dramático caso de la vecina del sector alto. La alcaldesa contó que a través de los consultorios de la CMDS habían hecho una denuncia por las condiciones de insalubridad y abandono de la vecina, y que desde mayo no tenían respuesta. "Vamos a ver qué sucedió con los tribunales de familia (…) no es posible que la señora esté en estas condiciones".
Ella pudo conversar con la vecina adentro. Según Karen Rojo, ella "quiere salir adelante", y por eso pidió ayuda "a todos los vecinos de este sector, que si ella vuelve a estar en este lugar que no la dejen sola, que necesita hoy día más cuidado que nunca".
En un rato, la casa quedó sola. Los perros fueron retirados por veterinarios de la municipalidad y los trabajadores continuaban botando palas y palas de ropa, libros, sillones, que quizá en su momento fueron recuerdos de un pasado que se acumularon de tal forma que hoy le impedían la salida a su propia dueña.
Ya arriba de la camilla, en dirección al centro asistencial, doña Susana hizo una sola pregunta. "¿Y me gané la torta, o no?".
Adentro, la última hoja del calendario había sido sacada en agosto de 2003.



