Redacción - La Estrella de Antofagasta
El 28 de octubre se cumplirán cuatro años desde que un terrible accidente en la tristemente célebre Avenida Salvador Allende de Antofagasta, cambió para siempre la vida de Andrea Fernández.
Eran cerca de las 16.40 horas cuando un bus provocó una emergencia múltiple al sufrir un desperfecto en su sistema de frenos. La técnico en contabilidad, de entonces 38 años, esperaba el cambio de luz en un semáforo cuando la camioneta en la que viajaba junto a la segunda de sus cuatro hijos se vio involucrada en la tragedia.
Ambas iban al trabajo de Andrea, pero tuvo un dramático revés que la marcó de por vida: la trabajadora quedó postrada. Desde entonces esperaba el juicio contra el conductor que protagonizó el hecho y ese anhelado día llegó el martes.
En juicio oral simplificado, se estableció en el Juzgado de Garantía que Juan Vargas "a raíz del peso, de la carga y personas que transportaba, pierde el control y maniobralidad del móvil", siendo condenado como autor de cuasidelito de lesiones graves a 61 días de reclusión menor en su grado mínimo, con remisión condicional de la pena por el término un año. Además, fue decretada la suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena y suspensión de su licencia de conducir por 6 meses.
"La sentencia fue una burla para mí y para mis hijos; para todos lo que estuvimos afectados en este accidente, pero también me lo imaginaba que iba a ser algo así", se lamentó la joven madre que vive hoy con una paraplejia y una vejiga neurogénica, "lo cual a mí me hace utilizar pañales", precisó.
El desgaste económico y emocional ha sido enorme. "A pesar que han pasado cuatro años del accidente y de todo lo que he tenido que vivir a consecuencia de la imprudencia de este conductor y de su jefe, yo quedé así, en estas condiciones, y a mí nadie me responde nada... yo corro con todos mis gastos", dijo decepcionada.
Según dijo, jamás fue visitada ni siquiera contactado por el chofer o su empresa para ofrecerle ayuda o preguntar por su salud. "Sí a mí (ellos) me dieran hasta 50 mil pesos mensuales, a mí me sirve, porque tengo una infinidad de gastos producto de este accidente y además a consecuencia de él he tenido bastantes enfermedades que han sido carísimas".
Pese a ello, sigue luchando y trabajando desde su hogar, porque sus hijos estudian - incluso uno de ellos en Punta Arenas y otro en Iquique - y aún dependen económicamente de ella, al igual que otros integrantes de su familia. "Ha sido duro", dice. Ahora, la posibilidad de demandar está, pero afirma que lo estudia, ya que "si no respondieron en 4 años, difícil lo veo que respondan".
28 de octubre de 2014 ocurrió el accidente que le cambió la vida a la joven madre y trabajadora.
4 hijos tiene Andrea, quien afirma que jamás recibió ayuda del conductor que provocó la grave emergencia.