Secciones

Los trabajadores que dan vida a la popular "Feria de las Pulgas"

Fue en el año 1991 cuando los locatarios de la Feria Pantaleón Cortés tuvieron sus permisos municipales para trabajar en el lugar. Sin embargo, estuvieron durante muchos años laborando sin papeles.
E-mail Compartir

Fabiola Vega M.

Siempre que alguien no puede encontrar algún producto o herramienta en las tiendas del centro el primer consejo que recibe es que vaya a buscar a la "Feria de las Pulgas", ya que en ese lugar es seguro que lo halle y a un precio bastante económico.

La Feria Pantaleón Cortés, que es conocida popularmente como "Las Pulgas", cumplió la semana pasada 27 años. Sin embargo hay locatarios que han trabajado en ese lugar por más de 30 años, cuando la calle Pantaleón Cortés era de tierra y no contaban con los permisos para vender y necesitaban trabajar para mantener a sus familias.

Uno de ellos es Ángel Vega que comenzó a trabajar en la feria en 1984, específicamente en calle Bandera vendiendo pescado. "Había un grupo de ferias chicas de cinco o seis puestos", recordó Ángel cuando contó su historia de esfuerzo y trabajo.

Vega fue uno de los primeros locatarios en llegar a lo que ahora es la "Feria de las Pulgas" y de a poco se fueron dando a conocer en la ciudad. "Nos fuimos agrandando, salimos de abajo, llegamos hasta acá arriba con la ayuda de los compañeros", comentó.

Ahora Ángel tiene un gran puesto de pescadería en toda la esquina de Pantaleón Cortés con Avenida Bonilla. En un principio comenzó con un carro de madera a vender pescados y mariscos. "Después nos fuimos ampliando con otro carro que nos dieron por medio de la municipalidad y nos dieron el crédito Corfo y de ahí terminamos acá arriba, cuando nos dieron estos terrenos", explicó.

No ha sido todo tan fácil para Ángel trabajando en la feria. De hecho, cuando comenzó no tenía los permisos y recién los obtuvo en el año 1991 junto al resto de sus compañeros.

"Ha sido un trabajo arduo, pero lo hemos logrado. Tenemos buena relación con la gente, hay días buenos y malos, pero no podemos quejarnos tampoco así que estamos bien", manifestó el locatario.

En la actualidad hay cerca de mil 500 locatarios que tienen todos sus permisos al día y unos 300 que trabajan de forma esporádica y sin papeles.

Feria

Aunque muchos no lo crean, los locatarios tienen un horario de entrada y salida, la mayoría de ellos llegan a la feria cerca de las seis de la mañana para estar atendiendo a sus clientes a las 8:30 horas y se van pasadas las seis de la tarde.

Una de ellas es Glenda López y trabaja en el área de las chacarerías. "Yo tengo un local donde vendo frutas y verduras a todos mis clientes", explica Glenda sobre su trabajo.

Fue en el año 1986 cuando Glenda junto a su esposo llegaron a la feria, específicamente en calle Nicolás González con Pantaleón Cortés. Los dos vendían frutas y verduras en una carreta. "Empezamos con un carretoncito porque éramos ilegales entonces era fácil cuando Carabineros nos corría irnos con el carretón y proteger nuestra mercadería, nuestros ingresos", contó Glenda sobre sus inicios.

Al igual que su compañero Ángel, Glenda fue testigo de cómo la feria fue creciendo a lo que es ahora. "Cuando yo llegué había pocos locales y de a poco se fue extendiendo, fueron llegando más comerciantes", agregó.

Después de eso, Glenda explicó que fue durante la administración municipal del alcalde Floreal Recabarren que recibieron los permisos municipales.

"Él quiso que estuviéramos trabajando de forma más legal y no ser perseguidos por Carabineros y en el año 1991 nos empezaron a dar los permisos municipales y nosotros nos empezamos a formar como sindicato", manifestó Glenda, que también es la presidenta del sindicato de chacarería de la feria.

Para muchos antofagastinos es una tradición ir por lo menos una vez a la semana a la Feria de las Pulgas, por lo mismo sus comerciantes tratan de mantener vivo el espíritu que caracteriza el lugar. "Estamos dándole duro a la pega y viendo que no se pierda la tradición y el espacio cultural que tenemos acá. Además, siempre atendemos de la mejor manera a nuestros clientes para que nos sigan prefiriendo ", dijo Glenda.

Plusvalía

Para Mirella Rojas la Feria de las Pulgas ha significado un aporte importante para la ciudad, sobre todo el sector en donde se encuentra ubicada.

"Yo llegué acá cuando la calle no estaba pavimentada y cuando acá arriba (Avenida Bonilla con Pantaleón Cortés) no había casas ni nada de lo que hay ahora", indicó.

Además contó que "el alcalde nos hizo que nos organizáramos como sindicato, que trabajáramos no en el suelo sino que pusiéramos las cosas arriba de un cajón por el tema de la limpieza y empezamos a usar delantal y esas cosas".

Mirella comenzó vendiendo dulces en bandejas ahora cuenta con un local donde vende distintas variedades de confites.

Si bien, no ha sido fácil el camino que ha recorrido hasta ahora, Mirella concuerda con sus tres compañeros y asegura que les ha ido bastante bien en la feria y que ha aumentado la plusvalía del sector.

"La feria llamó todo esto, la casa las escuelas, parvulario, yo creo que esto les sirvió mucho a los vecinos residentes del sector. (...) de repente sí, podemos dejar mugriento pero les hizo subir un poco la plusvalía de sus casas porque esto es como el mall del pueblo, ellos arreglaron hasta sus casitas, muchos de ellos guardaban las cosas de nosotros e hicieron negocio con la feria", explicó Mirella.

Aniversario

La semana pasada, los comerciantes celebraron en grande un nuevo aniversario de la Feria Pantaleón Cortes y las actividades a beneficio fue el sello de la conmemoración.

"Hicimos una porotada y realizamos un bingo gratuito para la comunidad. Solamente nos tenían que dar un alimento no perecible y todo lo que recaudamos lo entregamos a dos entidades sociales. (...) Estuvo todo muy bonito y lo pudimos realizar gracias a la ayuda del programa de Fomento Productivo de la municipalidad", comentó Glenda.

Ahora los comerciantes seguirán trabajando para sus clientes y dando lo mejor de sí para que la feria siga creciendo.

"Aunque hayan épocas difíciles y las ventas estén bajas tenemos que seguir luchando y si no lo hacemos... no vamos a salir a flote ", finalizaron.

la señora Glenda lópez Ahora es presidenta del sindicato de chacarería y continúa con entusiasmo vendiendo sus productos.
Registra visita