Deportes - La Estrella
Había que ganar y aprovechar los resultados de la fecha para arrimarse a los puestos de avanzada. Y se cumplió, sufriendo, pero se logró el objetivo.
Le costó asumir el rol de protagonista a los mineros, mas cuando no tenían en cancha a su principal figura, Pablo Parra. El técnico decidió dejar fuera del mediocampo a Gonzalo Pérez y entró al gramado del Zorros del Desierto con Sebastián Romero, armando un tridente ofensivo con Cristián Ivanobski y Lucas Simón.
Allí, con el trabajo del "Polaco" por derecha y la movilidad de un Jorge Luna que anduvo encendido, el equipo local consiguió arrimarse al arco defendido por Fabián Moyano.
El problema era que lo hacía a través de centros, expediente medianamente sencillo para la línea de cinco defensores que Fernando Vergara distribuyó en su último murallón. El paraguayo Jorge Aquino se encargaba de perseguir a Simón y con ello, el resto se dedicaba a despejar y aprovechar alguna desconcentración loína.
Pero había que cambiar la fórmula y quien se atrevió fue la figura del encuentro, Ivanobski. A los 20' encaró al lateral Orlando Gutiérrez, sacó un remate fuerte al centro del arco que Moyano no pudo despejar y en la insistencia, el oportunismo de Sebastián Romero sirvió para romper el cero en el marcador.
Desde la banca
Con Pablo Parra como alternativa por un desgastado Romero, el conjunto minero se dedicó a buscar la segunda cifra. Antes de los 10 minutos, dos remates de Luna y una entrada del propio Romero pudieron alargar los guarismos.
Olivares evitaba el empate de Joaquín Díaz tras un error en el despeje del debutante Claudio Miranda, el único del juvenil que tuvo un gran partido y recibió elogios de Meléndez y sus compañeros. Pero esa jugada fue un aviso. Porque en la siguiente, un cambio de frente que parecía controlable encontró al propio Díaz proyectado en ofensiva, aprovechando un rebote en un rival para poner el balón en un rincón imposible a los '64.
De allí en más, todo fue sufrir y cuando el partido se iba, otra vez fue Ivanobski quien solucionó el problema juntándose con Eduardo Vidal tras una gran maniobra de Parra, que abrió el balón y fue a buscar el centro por detrás de Simón para darle entre cabeza y hombro y desatar el delirio en el estadio municipal (2-1).