Redacción/Ignacio Araya
El lobito que usted ve en la fotografía (nombre científico otaria flavecens) apareció ayer en plena avenida. Pasadas las ocho de la mañana, alguien llamó al 133 para avisarle a Carabineros que un pequeño y asustado lobo estaba deambulando por avenida Jaime Guzmán, a la altura de Agustín Samso. El pavimento y la tierra del bandejón central de la costanera nada tenía que ver con el mar, su hábitat natural que estaba a 200 metros de ahí.
La presencia del lobo en plena calle movilizó al personal de la subcomisaría Playa Blanca porque en cualquier momento podía ocurrir un accidente. El cabo 1° Juan Daniel Núñez Cano y el cabo 2° José Felipe Carvajal Olguín se hicieron cargo de la situación. Ellos controlaron el tránsito mientras el lobito se movía por la calle, porque estaba todo asustado cruzando las dos calzadas de la avenida.
Durante una hora, los cabos Núñez y Carvajal protegieron al pobre lobo de todos los riesgos a los que estaba expuesto: podían atropellarlo, podía terminar estresado por las personas que se acercaran a curiosear, o podía ser atacado por los perros que viven por el sector sur de Antofagasta. Al rato, llegaron los expertos de Sernapesca.
Buscan el sol
Según las indagaciones, el animal es un joven lobo común que sería de la camada de este verano, lo que dataría su edad entre 9 meses a un año. ¿Pero por qué apareció en la calle un lobo de mar? El biólogo marino Carlos Guerra dice que ellos pueden subir entre 100 y 200 metros. "Ellos están buscando un lugar tranquilo para asolearse, eso es todo lo que buscan y es ahí donde se desorientan", dice.
El profe Guerra explica que es un proceso normal porque cuando hay marejada, el mar saca de las rocas a los animalitos y ellos buscan sol en cualquier lado porque baja su temperatura al estar tanto tiempo en el agua. Claro que este animalito terminó buscándolo en la calle. "Son animales que pueden estar en tierra días y semanas enteras sin meterse al agua", cuenta el académico de la Universidad de Antofagasta, quien dice que los ejemplares machos están dos meses fuera del mar.
La historia del joven lobo que salió a conocer la ciudad tuvo un final feliz. El personal de Sernapesca lo sacó del medio de la calle y se lo llevó hasta la playa para que volviera a su hábitat, con las rocas, el mar y los otros amigos lobitos.
Dos meses, fuera del mar pueden estar los lobos machos, según el biólogo marino Carlos Guerra, de la Universidad de Antofagasta