María Soledad Osorio
Todos los dueños de perros lo han vivido alguna vez. Su mascota levanta la cabeza y se queda mirando fijamente a su amo, con esa mirada tan humana que conmueve, y que los canes han logrado tras siglos y siglos de evolución.
Una imagen para enternecer hasta al más duro, pero que no necesariamente responde muchas preguntas. ¿Cuándo es una mirada pidiendo comida? ¿Cuándo es porque su can tiene miedo o algo le preocupa? ¿Cuando es simplemente para demostrar afecto?
La Estrella conversó con expertos para aclarar estas interrogantes, y ver si es posible descifrar el código de la mirada perruna.
Los dos rituales
El médico veterinario Yury Díaz dice que "existen dos rituales de comportamiento: el de sumisión y el de agresión. En el ritual de agresión tienes un perro que mira fijo con una mirada penetrante, se para en la punta de los dedos y el perro crece, tira las orejas hacia adelante y se le eriza el pelo, luego de todo eso el perro comienza a gruñir. Ese ritual debe ser entendido por los otros, porque eso se percibe de inmediato".
Explica que, por otra parte, "en el ritual de sumisión la mirada es tímida, las comisuras de los labios van hacia atrás, como riendo, el perro entero se agacha un poco, esconde la cola y se va de costado en señal de sumisión".
"La mirada es importante, pero esa mirada la va a entender solamente la persona que tiene vínculo con el perro", aclara.
También existen referencias para reconocer algunas actitudes de las mascotas como, por ejemplo, si mira fijamente para llamar la atención en señal de que busca que le hagan cariño.
Ahora, si mira a una determinada hora en que tiene hábitos como, por ejemplo, comer, es porque está pidiendo algo.
También puede mirar fijamente en una actitud de sumisión esperando recibir alguna orden, especialmente si está siendo entrenado.
El adiestrador canino Cristián Cristi afirma que "hay ciertos gestos que nosotros los grabamos y sabemos lo que está diciendo, es tal como una madre y un hijo. El perro, siendo un cánido, nos mira mucho a los ojos, y comprende mucho de nuestras expresiones y nuestros gestos".
"Se genera un vínculo con el animal que somos capaces de saber lo que nos está diciendo", recalca Cristi.
Por otra parte, cuando no hay vínculo entre el animal y el dueño, el perro generalmente no mira a los ojos.
Otros gestos
También hay actitudes corporales que complementan la mirada y que son fáciles de reconocer para un observador atento. Como, por ejemplo, cuando el perro quiere jugar y estira las patas delanteras con el lomo levantado, listo y dispuesto a pasarlo bien.
Cristi sostiene que "el movimiento de la cola está conectado con el corazón y las orejas con la emoción, ya que el latido cardiaco y la aceleración del cuerpo se refleja en la cola. Entonces, cuando el perro te mira, hay que fijarse en el movimiento de la cola, porque así uno se puede deducir fácilmente en qué actitud está el animal, si está contento, si está en estado de sumisión, si quiere jugar o si está enojado".
Ahora, cuando la mascota sigue al amo a todas partes, incluso hasta el baño, es porque puede haber un hiper apego.
"El hiper apego significa que el perro siente una necesidad imperiosa de la presencia del amo, cuando ese perro está fuera de la presencia del amo mucho rato, se desespera y puede hacer destrozos, eso es una enfermedad en el comportamiento. Esto tiene alternativas de manejo, pero no es fácil", recalca el veterinario.
"Existen dos rituales de comportamiento: el de sumisión y el de agresión. En el ritual de agresión tienes un perro que mira fijo, con una mirada penetrante"
Yury Díaz,, médico veterinario"