Redacción.
Preparar la Prueba de Selección Universitaria, PSU, es uno de los escenarios que produce más estrés en los estudiantes de cuarto medio, situación que afecta tanto al alumno como a la familia.
Para un alto porcentaje de los 295 mil inscritos que este año rendirán la PSU, el 26 y 27 de noviembre, la ansiedad y el estrés forman parte del día a día.
Las altas expectativas de quienes los rodean, y el miedo a fracasar, pueden generar situaciones problemáticas que no ayudan a ver el panorama real y concreto que implica rendir este examen. El mundo no termina ni se juegan su futuro en dos días, es el mensaje de los expertos.
"La mayor dificultad se produce por una sensación de incertidumbre permanente combinada con las propias expectativas, y la sobrecarga de las expectativas ajenas. Desde ahí que sea fundamental transmitirles a nuestros jóvenes que este proceso es una oportunidad de descubrimiento, y que en ningún caso determina la vida futura, por lo que deben barajar distintas opciones y planes de acción que se alineen con su proyecto de vida, ese es el desafío", dice la sicóloga Tamara Reyes de la Red Educacional Cognita.
Los pasos a seguir
La profesional señala que dar la PSU se debe entender como una oportunidad de aprendizaje sobre la vida, con sensaciones con las que hay que aprender a lidiar a diario, como ansiedad, incertidumbre, tensión, y en algunos casos decepción y frustración.
El cierre de la etapa escolar, pensar el futuro y rendir la PSU como la máxima expresión de este proceso se puede vivir con alegría, tristeza y/o malestar, por lo que lo más aconsejable es alejarse de comentarios negativos o personas críticas que agudicen las sensaciones que se enfrentan. "Lo mejor es acompañarse de quienes apoyen, que tal vez hayan vivido procesos similares, y que puedan aportar desde una mirada constructiva, mostrando las oportunidades que ofrece atravesar este proceso, la posibilidad de descubrirse personalmente, de tomar riesgos, de reinventarse ante lo que ocurra", agrega Reyes.
A juicio de la psicóloga, hay factores protectores que ayudan a los jóvenes a enfrentar de forma más tranquila este periodo: "mantener o desarrollar actividades diferentes a las que demanda la vida académica es fundamental. Es común que los estudiantes dejen de realizar otras actividades, como talleres o deportes, para focalizarse exclusivamente en entrenar para las PSU, lo que a la larga acarrea una sensación de agobio permanente".
La comunicación con familiares que puedan apoyar al joven es fundamental para enfrentar este proceso y sus futuros resultados.