Con creatividad reutiliza chatarra y hace obras de arte
Javier Rojas es un artesano que encontró en el fierro y la madera, el trabajo ideal para desarrollar su imaginación y además cuidar el medio ambiente.
Javier Rojas es un artesano del fierro y el metal que disfruta haciendo obras con chatarra o materiales que reutiliza de empresas y hasta basura. Desde joven, cuando no existía la carrera sino que el oficio, aprendió a soldar, pero se especializó en el área minera. Hace cuatro años cuando salió de aquel rubro, comenzó a fabricar hermosas piezas fomentando el reciclaje.
También realiza artículos decorativos para el hogar en fierro y además muebles de madera, la cual a veces también recicla, como lo ha hecho con las cajas de tomate.
Reciclar
Tuercas, pernos, cadenas de motos, bombines de puertas de autos, partes de bicicleta, planchas y chatarra, es parte de la materia prima con que Javier trabaja sus creaciones.
Hace poco recogió una corteza de árbol que habían tirado a la basura, y con ella hará una cava de vino.
Una de sus últimas creaciones fue un hang (instrumento de percusión de origen suizo) que forjó con sartenes tipo wok, donde incluso calibró las notas.
"Para mí lo que la gente y las industrias botan es oro, con mi compañero de trabajo le decimos Horacio, por ejemplo rodamientos que botan los convierto en artesanías".
Creativo
Esta área de trabajo es lo que más le gusta a Javier, pero en estos momentos sólo puede hacerlo como hobbie, ya que lo que realmente le deja para vivir es la decoración a través de la forja en fierro y madera.
En esas área hace bares completos, escaleras, campanas, puertas, por nombrar algunos.
"Tengo 41 años y hace 20 años atrás no existían cursos, el soldador se hacía en la vida ahora yo he realizado cursos, pero antes uno era ayudante y de a poquito ibas aprendiendo. Me gusta hacer esto, me siento bendecido de poder levantarme en las mañanas y tener mi taller aquí mismo, aunque sea chico".
Cada vez que hace algo, Javier le saca una foto y la sube a su Facebook "Forja Enfierro Arica", donde asegura que de inmediato las vende.
La única creación que le costó vender fue una guitarra hecha con partes de bicicleta, "estuvo en varios bares y eventos, hasta que la vendí por menos de lo que costaba".
Sus creaciones han sido vistas por personas de otros países, como Nueva Zelandia y España, quienes le han ofrecido trabajo, pero Javier no los ha aceptado porque tiene raíces en Arica y una hija de la que no quiere separarse.
En el ADN
Las proyecciones de Javier son algún día vivir de este arte y dar clases a jóvenes sobre este oficio-artesanía.
Mientras tanto sigue con su emprendimiento de decoración en fierro y madera creativo, la cual cree coincidentemente también realizaba su bisabuelo, "no conocí a mi bisabuelo, pero todos me dicen que él trabaja bonito el fierro".