Cartas
La Avenida Brasil
Señor director:
"Nuestro edén del desierto no tiene época ni tiempo, nos pertenece a todos los hijos e hijas de la pampa y en sus jardines democráticos han convivido y disfrutado generaciones y generaciones de antofagastinos. El doctor Poblete es el más legítimo orgullo de Antofagasta y con razón diríamos también de Chile. No hubo nada imposible para este hombre infatigable, a tal punto que vimos transformarse un arenal estéril en el extraordinario jardín que es la avenida Brasil".
Con esas palabras El Mercurio despedía al doctor Maximiliano Poblete Cortés, que un 3 de agosto de 1929 abordaba el vapor "El Ordoña" rumbo a Valparaíso y después a Santiago. "El alcalde modelo", como respetuosamente lo llamaba la ciudadanía, dejaba entre lágrimas su Perla del Norte y solo volvería varios años después, unos meses antes de morir. Era 1946 y junto a Isaac Arce recibía el título de "Ciudadano Honorario de Antofagasta", denominación entregada por el concejo municipal a estos dos notables antofagastinos, por acuerdo unánime de este cuerpo colegiado que regía los destinos de la ciudad y que en esa época era presidido por el alcalde Héctor Albornoz.
Durante la gestión del alcalde Poblete, que se desarrolló durante 18 fructíferos años, su administración logró postular y adjudicarse un préstamo en Londres, por una importante cantidad de dinero de la época. Este dinero alcanzó a 200.000 £ libras esterlinas, de las cuales destinó 136.000 £ en la pavimentación de la ciudad, 30.000 £ en la construcción del Mercado Municipal, y el resto en la remodelación de la Avenida Brasil y el Balneario Municipal. Edificaciones que en la actualidad aún mantienen su importancia ornamental y la plena vigencia de sus instalaciones. Fue así como este notable político radical, que comenzó su carrera como regidor en 1909 y alcalde en 1912, fue quedando en la historia distinguida de la ciudad.
Hoy su busto de bronce noble, realizado por el arquitecto antofagastino Jorge Tarbuscovic Dulcic, preside, resguarda y da comienzo de la Avenida Brasil como agradecido testimonio de Antofagasta a un importante servidor público que coronó con obras de carácter social y que hasta el día de hoy perduran como símbolo de una austera y eficiente administración.
Con los años, sin buscarlo ni quererlo, este parque comenzó a ser emblemático para Antofagasta y un importante polo de desarrollo inmobiliario para las familias acomodadas, que encontraron en este espacio urbanístico el lugar perfecto para construir las más lujosas casas o chalets que le han dado a la avenida un marco señorial y personalidad propia.
Ricardo Rabanal Bustos
profesor, cronista y bombero