Y otra vez tuvimos que entrar a la playa del Auto Club por las rocas...
"La Estrella" quiso entrar a la playa, pero el guardia nos mandó por las piedras. Las playas son de todos los chilenos, deben tener un acceso, y si a usted no lo dejan entrar, puede denunciar.
Es de conocimiento público que todas las playas (todas, así recalcado) son de libre acceso para todos los chilenos. Da lo mismo a cual se le ocurra ir. Si se le antojó ir a tirarse de guata a La Rinconada, nadie le va a decir que no. Si quiere tomar sol en Hornitos, no hay nada en el mundo que se lo pueda prohibir. Y tal como hace unos años, el otro día se nos antojó ir a la playa del Auto Club de Antofagasta con unos compañeros del diario.
Y tal como esa vez, no nos dejaron entrar por la puerta. Yo fui con mis chalas, la toalla de Felipito, una palita para hacer castillos de arena, pero no hubo caso. Hacía un calor horrible a eso de las cuatro de la tarde y el pavimento estaba para derretir zapatos. Le dijimos al guardia que íbamos a la playa.
¿Son socios?, nos preguntó. Yo tengo entendido que soy socio del club de descuentos del supermercado pero de acá no. Le dijimos que nop, y no pudimos entrar. ¿O sea que había que dar la vuelta?. Y sí.
Tuvimos que irnos por un costado, por los roqueríos. Fue pura buena suerte que había marea baja, sino no habría por dónde. Con cuidadito, pasito a pasito, llegamos a un borde que está junto a la playa. Un guardia nos quedó mirando. Llegamos a la arena y ahí, por fin, ya estábamos en la playa. Hay que decir que estaba muy rica el agua, pero había mucho erizo. Uno de los amigos del diario se enterró tremenda espina en el pie y el salvavidas del Auto Club tuvo que ayudarlo. Buena onda igual.
El seremi de Bienes Nacionales, Omar Farías, me cuenta que hay un portón por el costado sur y hay que hablar con el portero para abrirla en caso que esté cerrada… pero a nosotros no nos contaron nada de eso cuando fuimos.
El presidente del Auto Club, Pablo Toloza, menciona también lo de la puerta que está en el sector sur. "Empujas la puerta y se abre, tiene un cordelito. Y uno se dirige hacia la playa por un costado, esa puerta sale a la cancha de golf", dice. "A pesar que de acuerdo a la ley uno podría sostener que no debiese haber acceso porque no es una playa natural, sino que es una playa artificial, de igual forma nosotros tenemos establecido que tenemos el acceso por el lado norte y por el lado sur del club", cuenta.
El acceso que menciona Toloza por el lado norte, son las rocas.
Todos los años, el Ministerio de Bienes Nacionales lanza una campaña para recordar a la gente que las playas son de libre acceso y, si no los dejan entrar, pueden estampar su denuncia en la página www.bienesnacionales.cl o llamar al teléfono 800 104 559 para tener más información. "Nadie nos puede decir que no a usar nuestro litoral, eso está asegurado por ley", me cuenta el seremi de Bienes Nacionales.
Denuncias
En 2018 hubo nueve denuncias en la región de Antofagasta por temas de accesos a playas, lagos y ríos, pero todas fueron declaradas inadmisibles. Durante el último mes van dos (ver recuadro): una por acceso a la Poza de los Gringos -inadmisible también-, y por el acceso a la Laguna Cejar, Río Puritama y el Río San Pedro, que tampoco es admisible porque en el caso de los ríos y lagos, éstos deben ser navegables por un buque de 100 toneladas, lo que en nuestra región es imposible.
Con el seremi fuimos a pasear a la playa que está detrás del Hotel Antofagasta, donde hay un portón que está permanentemente abierto y al que se ingresa desde el estacionamiento. Ahí usted puede pasar a la playa del Terrado si quiere, todo es público. "Ahí nunca ha habido problema, es muy fácil el acceso", cuenta don Omar Farías.
¿Qué hay que hacer cuando nos niegan la pasada? "Usted hace la denuncia a través de la seremi, gobernación, municipio, la intendencia o por la página, y nosotros vamos a fiscalizar. Y obligamos a que la empresa o la entidad genere este libre acceso a la playa",dice el seremi de Bienes Nacionales.
Seguimos recorriendo. En el Club de Yates ni preguntamos, pasamos no más. Y aunque había gente dentro, caminando, otros tomando sol, no nos dijeron nada. Ahí estaba Carlos Villalobos, bajo la sombrita, un veraneante que tiene un amigo socio de acá. "Es agradable, es rico para estar con los niños", dice, aunque prefiere más ir a Hornitos. Él también me recalca: "En Chile no existen las playas privadas".
Nosotros nos tiramos un rato en la arena a hacer castillos, sin que nadie nos molestara o nos preguntara algo. Rico, el agua estaba un poco oscura pero ya sabemos que es por esa microalga que está por toda la costa de Antofagasta y que, ojo, no hace mal, por si acaso.
Con respecto al Club de Yates, el seremi Farías me cuenta: "El acceso se debe pedir en conserjería. Uno dice 'voy a la playa', el conserje lo entra por un sector y se va directo a la playa".
Y se vienen multas
Hasta ahora, no habían mayores sanciones para los privados que quisiesen cerrar el paso a las personas. Eso, hasta ahora. El martes, la Cámara de Diputados aprobó por 132 votos a favor (y uno en contra), el proyecto de ley que multa a quienes traten de impedir el libre acceso a las playas. Cuando llegue a ser ley (porque tiene que pasar por el Senado primero), los que lo hagan van a tener que pagar desde 10 hasta 100 UTM, unos cinco milloncitos de pesos.
"Este es un gran avance en la protección y respeto de los derechos que tienen todos los chilenos de poder visitar, libremente, las playas que existen en el país. Queremos ser lo suficientemente claros en este tema, por eso se establece que las personas que nieguen este acceso tendrán que pagar una multa", dijo el ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward.
El ministro comentó que a los que anden reincidiendo en estas actitudes, les podrían aplicar una multa al doble del máximo establecido. "Con eso estamos dejando claro que en Chile no existen las playas privadas y que cualquier ciudadano tiene la posibilidad de disfrutar de ellas sin ningún tipo de prohibición de acceso", dijo Felipe Ward.
Con los cabros del diario ya estamos eligiendo a qué playa vamos a ir la próxima vez que queramos salir a tirarnos un chapuzón. Todos lo podemos hacer, usted, yo, todos. Y si no lo dejan entrar, ya sabe y no lo dude: denuncie.