Hace tanto calor en estas bancas sin sombra, que hicimos unos huevos revueltos
Con casi 27 grados a la sombra (imagínese al sol), probamos qué tan calientes se ponen las bancas que la muni instaló en Prat con Matta, e improvisamos unos huevos con tocino. ¿Por qué no ponen sombra? Dijeron que es para los que les gusta tomar sol. Con casi 27 grados a la sombra (imagínese al sol), probamos qué tan calientes se ponen las bancas que la muni instaló en Prat con Matta, e improvisamos unos huevos con tocino. ¿Por qué no ponen sombra? Dijeron que es para los que les gusta tomar sol.
Ignacio Araya y Sebastián Rojas
Paseo Matta, miércoles, 14 horas. Según la Dirección Meteorológica de Chile, hay 26,4 grados celsius, y la poca sombra que permite el sol es acaparada por los antofagastinos que se atreven a salir a esta hora por el centro. Las gotas de sudor corren rápido.
Las bancas de hormigón con sombra ya están casi todas ocupadas, aunque hay unas que nadie quiere usar por el momento. Después de la remodelación del sector, en la esquina de Prat con Matta instalaron un puñado de bancas a pleno sol, en el mismo lugar donde hasta antes de 2016 había un frondoso arbolito.
"La Estrella" decidió comprobar qué tan calientes se ponen estas bancas con las altas temperaturas, así que las pusimos a prueba y tiramos un huevo con unas lonjas de tocino, un desayuno rico y lleno de nutrientes. Son las 14.02: ponemos un termómetro digital en la superficie de la roca, pero cuando llega a los 42 grados, se taimó y no funcionó más.
A medida que el tocino se va calentando, la gente comienza a acercarse a mirar qué estamos haciendo. Francisco Soublet opina que las bancas de cemento en Prat con Matta hubieran estado buenas para las estatuas, "porque ellos no sienten calor, pero nosotros sí". El antofagastino apunta a la falta del arbolito. "No debieron haberlo sacado, la gran causa del calor que hace en el planeta en general tiene que ver con la deforestación y acá en el norte, que tenemos pocos árboles, los sacan".
La sombra más cercana que tenemos es lo que refleja el foco de una luminaria pública, lo que alcanza con suerte para taparnos la cabeza. Llevamos veinte minutos y la clara del huevo no parece notarse, aunque sí la cobertura de la yema está cocinándose. Sebastián, el fotógrafo-cocinero, decide que hay que revolverlos para que el plato quede bien. Pica el bacon transpirado por el calor, le pone sal y un sazonador con sabor a "España", según decía en la etiqueta. "Sale olorcito a tocino", dice.
Bancas para el sol
El proyecto original no considera sombras en las bancas de la esquina con Prat, sino que solamente en el eje Matta. Fuentes del municipio cuentan que es un "mix": unas bajo la sombra para los que quieren escapar del sol, y unas para los que les gusta tomar sol.
Claudio Chamben se acerca a ver la preparación de este improvisado desayuno a las 2 y media de la tarde. "Hace falta un arbolito bonito que proteja del sol, más con lo delicado que está", piensa. Al hombre, aparte de lo caluroso de la banca, le parece que los asientos tampoco son cómodos.
A los 35 minutos terminamos el experimento. El huevo y el tocino ya se han transformado en un lindo plato que adornamos con una flor que se había caído de su mata, al lado de las bancas. Mario López, quien se autodefine como "un antofagastino de siempre", cuenta que ha tenido que no tener sombra es algo delicado, más tomando en cuenta los altos niveles de radiación ultravioleta. "Lamentablemente estamos sacando los árboles y los estamos quitando", dice antes de seguir su camino apegado a las tiendas, por la misma razón del agobiante sol de la tarde.
Cuando ya "La Estrella" estaba yéndose del lugar (dejamos todo lavado y limpiecito, por si acaso), Francisco Soublet se queda mirando la improvisada cocina. "El diseñador de esto no sé en qué estaba pensando".
Hace tanto calor en estas bancas sin sombra, que hicimos unos huevos revueltos
2016 Ese año comenzaron las obras del Paseo Matta, en el centro de Antofagasta.