Don Coco, el cocodrilo
Cuando era un cocodrilo chico, mi mamá tenía en el antejardín un arbolito para que pasáramos las tardes debajo, en la sombra. Ahora, ya de grande, me hace falta uno porque afuera de la casa hay un puro peladero. Tengo la costumbre de regar la tierra para que no se levante polvo, pero eso no más. Ya ni sé porqué lo hago, es como por regar no más.
Justo en esa búsqueda de poner algo en mi antejardín, me contaron que en la Conaf están a full con el programa de arborización, entregando árboles a organizaciones sociales, centros educacionales, organismos públicos, o personas comunes y corrientes. En el vivero que ellos tienen por el sector de Altos La Portada hay 23 mil plantas esperando un dueño, que podría ser usted o yo.
Recorrimos el vivero con la encargada del programa de arborización en la región, Anita Huichamán. Acá tienen pimientos, acacias, aromos, olivos, vilcas, palmeras, entre muchas otras especies. Anita cuenta que cualquier persona puede postular a tener su arbolito, siempre y cuando tenga su terreno formalizado. "El segundo requisito es hacerse responsable del arbolado", dice.
Si usted quiere tener uno, puede ir a las oficinas de Conaf en la región (ver recuadro). Antes de entregarle el árbol, le harán una pequeña entrevista. Cosas formales: dónde lo piensa plantar, si se va a hacer responsable, etcétera. Después tiene que firmar un papelito y con ese papel va a uno de los viveros que tiene Conaf en Antofagasta o Calama, y se lo entregan.
Anita Huichamán explica que en la entrevista también le dan indicaciones para saber qué árbol es más adecuado. Por ejemplo, si tiene harto terreno, probablemente sea candidato a un pimiento, porque tiene raíces muy profundas. "Si la persona indica que quiere plantar en su antejardín o en su patio, ahí tenemos que ver si el espacio es realmente el adecuado", cuenta.
Después, los cinco meses, a algunos beneficiarios los van a visitar a su casa para ver si efectivamente cuidó el árbol como prometió.
Entrega
Danica Yutronic, jefa administrativa del complejo de la cárcel de hombres que está en el Nudo Uribe, ayer estaba carretilla en mano retirando arbolitos para plantarlas allá. El proyecto lo están haciendo en conjunto con Gendarmería de Chile y privados que aportaron sistema de riego y tierra de hoja. "Estamos trabajando con cinco internos de la población penal. Se van aprobando, van teniendo mejores conductas y van haciendo trabajos para poder generar ingresos", dice Danica. Las especies también son entregadas a los funcionarios.
Dentro, en el vivero, tres personas se dedican todos los días a mantener vivas estas plantas en la soledad del desierto. El riego es por manguera, y como son tantas, se tarda un día entero en regar todo el vivero. Al fondo, en unas rejillas, están creciendo pequeñas acacias bebé que pronto germinarán y se trasladarán a una bolsa-macetero. Y de ahí, esperará hasta llegar a quien quiera tenerla en su casa.
Hasta ahora, en los siete años de plan se han entregado 250 mil árboles en las nueve comunas de la región de Antofagasta: a municipios, colegios, etcétera. "Vamos entregando en cantidades cada vez menores porque la idea es que la gente se lleve las plantas con responsabilidad", cuenta Anita. Y no solamente plantas. Diego Cuello, también de Conaf, apunta a perales, granados y naranjos que se entregan a gente que está haciendo agricultura, como en Taltal. "Esto debe ser próspero en el tiempo", dice.
Yo quedé re' feliz con los árboles y pedí uno, a ver si por fin puedo darle vida a ese peladero que tengo por antejardín. Ah, y pasar los veranos debajo de un árbol, como lo hacía cuando era cocodrilito.