"El Club de Los Picados" que quiere tener su revancha jugando en el Cobreloa 2019
Nozomi Kimura, Juan Pablo Abarzúa, Esteban Flores y Diego Soto serán la base del plantel con que el DT Víctor Rivero intentará devolver a "Los Zorros" a Primera "A".
Redacción
Ninguno dudó cuando a través del hilo telefónico, el técnico Víctor Rivero les ofrecía ser parte de un proyecto deportivo ambicioso, ese de jugar en un grande del fútbol chileno e intentar devolverlo a la máxima categoría.
Todos en su momento "pintaban para cracks" y se esperaba que su peak llegara en la primera división del torneo criollo. Algunos no tuvieron la oportunidad y otros asumen que "se la farrearon".
Por eso, hoy vienen a vestir la que por historia es la camiseta más importante de su carrera y con una sed de revancha personal que contagia al equipo. "Tuve mi oportunidad en O'Higgins cuando salí a préstamo -desde Santiago Morning- y reconozco que no la aproveché como debí haberlo hecho", dice el copiapino Nozomi Kimura, central de apenas 22 años que hasta hace poco aparecía como uno de los defensores centrales con más proyección a nivel de clubes y selección.
"El Japo", de gran nivel en los amistosos que le tocó jugar -con Universidad de Chile por los equipos "B" y frente a Deportes Antofagasta- sabe que "todos tenemos una oportunidad de conseguir un objetivo histórico para este club. Y si bien será un torneo muy complicado, confiamos en que vamos a estar en el grupo que dará la pelea por el ascenso directo este año".
Juan Pablo Abarzúa había hecho una carrera ascendente desde su natal Concepción jugando en clubes de tradición como Fernández Vial y Naval, eso hasta que Erwin Durán lo llevó a Puerto Montt. Fue pilar, estuvo a poco del ascenso -perdió la definición con Everton- y prometía consolidarse en la serie mayor. Fue la Universidad de Concepción, en 2018. No jugó mucho.
"Tuve poca regularidad pero eso fue tema técnico y uno como futbolista está sujeto a que pase. Lo importante es que surgió esta posibilidad y jugar en Cobreloa es un desafío mayor. Lo bueno es que acá hay muchos jugadores que vienen 'picados', por una segunda oportunidad. Para mí, estar acá es una revancha", dijo el volante de 26 años.
Ex udec
Dos de los jugadores que junto a Abarzúa no tuvieron muchos minutos en cancha con Francisco Bozán en la Universidad de Concepción fueron Esteban Flores y Diego Soto. El primero es oriundo de la zona penquista, canterano del club universitario y que pasó su vida esperando dedicarse el fútbol y a la preparación física, desde sus destacados años en el Colegio Salesianos de Concepción y luego en la Universidad de Las Américas.
Fue campeón de Copa Chile y obtuvo un ascenso con "El Campanil" pero en este último año no tuvo mucha participación en el equipo sureño.
"Uno sueña con poder jugar, con ser regular y de ahí irse ganando espacios. Por eso, cuando no consigues esa regularidad buscas alguna alternativa para mostrarte. Ya había ido a San Luis a préstamo y ahora, como jugador libre siento que tengo todo para poder hacer un gran año personal y grupal en Calama", dijo el zaguero, que además puede jugar como lateral izquierdo.
Diego Soto probablemente se va a perder el primer partido por un desgarro menor aunque con lo que mostró en los primeros partidos en la pretemporada ya dejó claro que será el dueño de la banda por izquierda.
De pocas palabras, el oriundo de Cabrero cumplirá recién los 21 años en octubre de 2019, por lo que además, le servirá al técnico loíno para cumplir con el minutaje sub 20.
Junto a estos cuatro jugadores hay otros que vienen por una revancha. El volante Felipe Báez nunca despegó jugando en Segunda División profesional y Primera B, el portero José Quezada estuvo más de un año sin jugar y ahora vuelve a insertarse en la actividad.