"...Que se nos vea como trabajadoras y no como nanas"
La histórica presidenta del Sintracap, Ruth Olate, llega a Filzic para presentar su libro "No Somos Nanas".
Ricardo Muñoz Espinoza
S i hay algún concepto que pudiese definir de mejor forma la vida de Ruth Olate sería "puertas adentro" y es que prácticamente toda su existencia la ha dedicado al trabajo en casas particulares, algo que comenzó cuando apenas tenía 12 años.
En 2006 comenzó a escribir su nombre en la historia de los dirigentes sindicales chilenos cuando llegó al Sindicato Nacional de Trabajadoras de Casa Particular (Sintracap) y luego en 2008 tomó las riendas hasta la actualidad, representando a 300 mil empleadas domésticas y protagonizando una lucha que en 2014 llegaría a su punto más alto.
Ese año y tras una vasta historia de poner el tema de la discriminación hacia las empleadas domésticas en la agenda de la autoridad del trabajo, finalmente consiguió mejoras históricas como la firma obligada de un contrato de trabajo, la normalización de horas trabajadas a la semana o lograr que el uso del delantal no sea obligatorio. Todo ello fue ratificado en el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y promulgado en una ley que regula esta labor.
Si bien vive a diario luchando con un cáncer óseo en etapa terminal, dice que eso no la detiene mientras siga la lucha para dignificar a las trabajadoras domésticas. Todo ello la llevó a recopilar en varias entrevistas, testimonios y la historia de su vida que la periodista Camila Sáez recopiló para darle vida a un libro llamado "No Somos Nanas" y que el domingo a las 16:00 horas estará presentando en el Rincón de los Sueños de la Feria del Libro Zicosur (Filzic) de Antofagasta.
Minutos antes de abordar el avión que la trajo hasta Antofagasta, Ruth tuvo tiempo para responder a La Estrella.
-Lo primero que se me viene al ver el nombre del libro es ¿por qué dice usted "No Somos Nanas"?
Que somos trabajadoras porque las nanas no tienen derechos. Entonces no somos nanas, somos trabajadoras de casa particular.
-Entonces esto es como una especie de cambio de chip en un país que está acostumbrado a decirle "nana", por una dignificación que quieren que se visualice.
Sí, es un cambio de cultura que nosotras queremos visualizar.La idea es que se vea como trabajadoras, no como nanas, que quede en la conciencia de los chilenos.
-El libro cuenta un poco cómo es la lucha suya, que fue bastante ardua.
Fueron cinco años los que estuvimos luchando para regular la jornada laboral y el convenio 189 de la OIT.
-¿Y ahora cómo ve usted el panorama para las trabajadoras del hogar?
Está mucho mejor de lo que era antes porque al menos tenemos una jornada laboral con trabajadoras puertas adentro de lunes a viernes y puertas afuera con las 45 horas semanales. Entonces ha ido avanzando, pero lo que sí se mantiene al debe es la fiscalización porque cuando salió la ley los empleadores se pusieron en la firme y respetaban, pero ahora como no hay fiscalización empezaron a ponerse flojitos para hacer los contratos.
- ¿Hay otros puntos en lo que también se está al debe?
Lamentablemente en regiones como por ejemplo en Antofagasta nuestras compañeras de allá tienen la lucha de que sean contratadas con un documento escrito y depositado en la Inspección del Trabajo.
No se hace ese contrato y menos se pagan las imposiciones. Ese es el trabajo que nosotros estamos llevando junto al Gobierno y así sacar una campaña para visibilizar y sensibilizar a nuestros empleadores de que hay trabajadoras que necesitan sus contratos y sus imposiciones al día, para tener el día de mañana una pensión. Sabemos que las pensiones son realmente de hambre, pero al menos tendremos algo de lo que sostenernos cuando sean mayores.
-Cuando usted llegó al sindicato ¿cómo veía a sus compañeras trabajadoras y cómo las ve ahora?
Es una diferencia muy grande... El hecho de salir hoy en un día viernes y no un domingo en la mañana, porque se nos acortaba, no había descanso, no había tiempo para hacer familia...nada.
En cambio hoy sí podemos salir, las compañeras descansan y aprecian mucho el día sábado porque tienen un día más para descansar. Antes ni siquiera soñarlo.
Cuando comenzamos con la ley, incluso la misma ministra de ese entonces Evelyn Mathei nos decía que era imposible, que no se podía dejar a los empleadores solos...
El libro, editado a través de Ediciones Caliche, recoge pasajes de la vida de la más importante dirigenta de las trabajadoras de casa particular que ha tenido el país, algunos detalles íntimos de su vida que la llevaron a tomar decisiones para luchar por la dignidad de cada una de sus compañeras y por la propia.
rmunoze@estrellanorte.cl