Ignacio Araya/Redacción
Durante el año 2015, el ingreso a la Reserva Nacional La Chimba mostró dos caras radicalmente distintas. Una, después de las lluvias de marzo, cuando el verde comenzó a poblar sus cerros y miles de antofagastinos subieron a tomarse fotos con la maravilla del desierto florido. La otra, cuando las ramas se secaron y se llenaron de las bolsas plásticas arrastradas por el viento desde el vertedero, en una lamentable imagen que se repitió por mucho tiempo.
Según el seremi de Agricultura, Gerardo Castro, el problema llegó a tal nivel que la acumulación de escombros hizo que no se pudiera ni ingresar a esta importante área protegida. Por lo mismo, se está trabajando para poner marcha atrás al deterioro de la reserva.
El tema en La Chimba no es nuevo. De acuerdo a Mauricio González, presidente de la Corporación Ecológica y Cultural "Caminantes del Desierto", desde el momento en que el hombre necesitó combustible para hacer fuego, que empezaron a sacar cactáceas y arbustos que depredaron el lugar. El ser humano, de partida, acabó con el guanaco que vivía acá. "Nunca vamos a saber cuántas fueron las especies que habitaron", lamenta.
Además de la contaminación, la extracción de áridos en los alrededores y el cambio climático, en la época contemporánea también se dañó el ecosistema. "En primavera muchos concurrían a La Chimba a cortar flores para ir a dejarlas al cementerio. Inclusive tenemos testimonios de niños que se ganaban la vida, obtenían parte de su ingreso en ir a cortar flores", cuenta.
Recuperación
Lo primero que se hizo fue limpiar: cerca de quinientas personas fueron el pasado 8 de junio a sacar unas 40 toneladas de basura que habían en los sectores aledaños. La segunda etapa viene con el proyecto de recuperación que financió el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), $180 millones que ejecutará la UCN en conjunto con entidades de gobierno y que se van a invertir en -entre otras cosas- mejorar la infraestructura, fomentar la investigación y la educación ambiental.
Con ello, buscarán también tener un catastro de especies endémicas de flora y fauna que viven en la reserva. El plan, que tiene una extensión de 18 meses, desarrollará un modelo de negocios que evalúe como financiar mejoras en el tiempo en La Chimba.
En tanto, el seremi de Agricultura, Gerardo Castro, explicó que la tercera etapa se hará en conjunto con el MOP y el Minvu. "Se sostendrán nuevas reuniones con el propósito de destinar proyectos y sus fondos asociados para diseñar y desarrollar obras de equipamiento urbano que sirvan de protección, pero también que cumplan una función de facilitar la administración del entorno y los accesos a la reserva nacional", dijo al respecto la autoridad regional.